Con el deseo de disfrutar de la naturaleza decidí ir a Islandia, uno de los lugares con los paisajes más impresionantes del mundo. Muy entusiasmada compré un pasaje en oferta y empecé a planear mi viaje, pero inmediatamente me sentí frustrada por las páginas islandesas, que son un enredo, y las más fáciles, pertenecen a compañías turísticas súper caras. Guiándome por esas y foros de viajeros en TripAdvisor, algo logré adelantar, pero no se preocupen, aquí está todo lo que a mi me habría gustado saber antes de ir:
1) Hospedaje:
Teniendo como base de operaciones la capital, Reykjavik, la primera tarea fue encontrar un hospedaje. Como todo en Islandia es muy caro, opté por la opción más barata que cumpliera con los requisitos mínimos, que en realidad era solo uno: que quedara lo suficientemente cerca del centro para llegar caminando, de esta manera elegí Bus Hostel, muy limpio, bien ubicado, calientito y con muchos viajeros de todo el mundo para hacer amigos. Cabe destacar, que ningún hospedaje, hostal, refugio o residencia, incluye ropa de cama, por lo que deberás llevar un saco de dormir, si no quieres pagar extra por las sábanas.
2) Transporte público:
Si hay algo que las islas tienen en común, es un transporte público lamentable. En muchas de ellas no importa porque hace calor, pero en Islandia, donde la mayoría del tiempo llueve, y la temperatura es baja, no es chiste esperar dos horas en un paradero con la ropa mojada (no es que me haya pasado). Mi recomendación es arrendar un auto con la compañía SadCars (si lo haces por Internet hay descuento extra), que es la más barata y tiene oficinas cerca del aeropuerto y en el Bus Hostel, mencionado anteriormente. Considerando que el clima es inclemente, ten cuidado porque ya en otoño, los caminos pueden tener hielo, y no te aventures por caminos de tierra o de gravilla sin un 4x4.
3) Ropa adecuada:
A mi me tocó ir en otoño, y el consejo es: prepárate para pasar la mayor parte del tiempo mojado. En Islandia abunda la lluvia y el viento, por lo que el agua no solo vendrá desde arriba, sino que, con mucha frecuencia vendrá por los lados. Para evitar pasar mucho tiempo con la ropa mojada y fría, es indispensable llevar ropa contra el frío y el agua.
4) Auroras boreales:
Si quieres ver las hermosas auroras boreales, debes ir en otoño o invierno, de octubre a febrero, el resto del año el país casi no tiene noche debido su cercanía con el Polo Norte. Si tienes suerte, y las luces están muy intensas, se pueden ver en la ciudad, aunque esto es muy raro. Si te quieres asegurar, la empresa Sterna Travel, ofrece un tour, que por 45 euros por persona, te lleva a lugares más oscuros en el campo, e incluye un chocolate caliente y una kleina, muy parecida a nuestros calzones rotos. El tour además tiene la gracia que si no logras ver las auroras, puedes ir los siguientes días hasta que las veas sin pagar de nuevo. ¡Buena suerte!
5) Tours pagados:
Los tours son exageradamente caros. Yo tomé dos, que había reservado antes de viajar, pero llegando me enteré de Sadcars, e inmediatamente arrendé un auto y seguí recorriendo por mi cuenta. Para abaratar costos, me dediqué a conocer gente en el hostal, contarles las rutas a seguir, y siempre había una o dos personas que se sumaron, pagando su parte de la bencina y arriendo. Todos los paseos me salieron por menos de la mitad de lo que me habría costado un tour.
6) Comidas típicas:
A la hora de comer el pescado y el cordero son los protagonistas, aunque te vas a topar con varias sorpresas. Debido al dificultad para cultivar la tierra en un clima tan extremo, la escasez de comida solía ser un gran problema, pero usando la creatividad lograron salvarse con curiosas preparaciones. Una de ellas es el Hákarl, también conocido como tiburón podrido, dejado durante meses en la fría intemperie para luego ser trozado y comido, solo para valientes. Por otro lado, las frutas y verduras son escasas y caras, por lo que los antiguos islandeses solían comerse el musgo que crece en la piedra volcánica, según cuentan, bien aliñado no es tan malo. En Islandia también es bastante común la caza de ballenas, aunque los locales no la comen normalmente. Todos estos platos se pueden encontrar en el restaurant Saegreifinn (Barón del mar), allí también encontrarás mi favorito, Sopa de Langosta, no puedes irte de Reykjavik sin probarla.
7) El frío polar:
Antes de partir, me preocupaba mucho por el frío, pero ustedes no lo hagan porque es perfectamente aguantable. Es preciso llevar la ropa adecuada, por supuesto, botas o zapatos especiales para terrenos con barro y agua, y como antes mencioné, llueve mucho, por lo que pantalones contra el agua serán una muy buena idea, que sean livianos y de secado rápido. Tampoco olvides vestirte con varias capas. Si prefieres ir en verano, he escuchado que las temperaturas son más altas, pero siempre deberás llevar una tenida abrigada.
Espero no haberlos asustado por lo de la lluvia o el viento, ya que no es tan grave, en Islandia tienen el dicho: "si no te gusta el clima, solo espera cinco minutos", porque realmente cambia muy rápido. Por lo demás, los paisajes son tan abrumadoramente hermosos que ni se van a acordar el frío. ¡Buena suerte en Islandia!