Estando de vacaciones en Arica, para nosotros, un imperdible de visitar era el Parque Nacional Lauca porque algunos ya habíamos oído hablar de las maravillas de este lugar. Al tercer día de nuestra estadía en la ciudad, nos aventuramos a ir en busca de un tour que nos llevaría directamente allá, puesto que ninguno de los integrantes del grupo de viaje conocía bien la región, elegimos una de las tantas agencias de turismos y cerramos el trato con un guía que nos pasaría a buscar a nuestro hotel a las 7 de la mañana del día siguiente.
Nos recomendaron vestirnos por capas, es decir, con una gruesa parka y ropa que fuese fácil de sacarse según las condiciones del clima, que por la mañana suele ser muy frío y por la tarde más caluroso. También nos sugirieron tomar té de coca, llevar un limón y cualquier otro implemento que nos ayudase a sobrellevar la molesta "puna" que nos podría invadir, debido a la altura de 3.200 metros sobre el nivel del mar, en que se encuentra el parque. Nuestro guía, muy puntual, nos recogió a la hora señalada y partimos rumbo al Lauca, al cual se accede exclusivamente a través de la Carretera Internacional Arica – La Paz (Ruta 11CH), la que es transitable todo el año. A primera vista, lo que se aprecia es el enorme Volcán Parinacota que, majestuoso, se mostró nevado y reflejado en el inmenso Lago Chungará. La verdad, es que esta imagen es bastante impresionante porque ni el mejor de los photoshop podría superar esta perfecta postal.
Imagen CC. Dieter Titz
Para nuestra sorpresa, no tuvimos que pagar entrada, ya que el acceso es liberado todo el año (tanto para turistas extranjeros, como para chilenos), lo cual nos alivió un poco el presupuesto porque eramos un grupo de 6 integrantes. Ya eran cerca de las 10:00 de la mañana, a principios del mes de marzo, y el entorno estaba lleno de visitantes alistándose para hacer trekking, tomar fotos e incluso subir a hacer parapente (actividad que realiza un operador turístico en el mismo espacio). Con tan solo unos minutos en el lugar, nos quedó claro porque son tantas las personas que se sienten atraídas por este parque, y es que la flora y fauna son maravillosas. Al iniciar nuestro recorrido a pie, se nos cruzaron decenas de vicuñas, guanacos, tarucas y una que otra vizcacha. La verdad es que ver a estas especies en libertad es un regalo al espíritu viajero, porque uno de los placeres de nosotros, los trotamundos, es ver a los animales en su hábitat natural y Lauca es uno de los Parques Nacionales que regala esta impagable posibilidad.
Vizcacha. Imagen CC. Julie Laurent
Pero las bellezas naturales no terminaron ahí, continuando nuestro trayecto nos encontramos con las lagunas Cotacotani y, pudimos ver más de cerca, los volcanes Nevados de Payachatas (Parinacota y Pomerape), como si eso fuese poco, tuvimos la máxima fortuna de ver el vuelo de los cóndores altiplánicos que, según nos comentaron, no siempre se muestran a los turistas. Del recorrido también cabe destacar la preciosa iglesia de Parinacota, que construida con piedra volcánica rosada, entrega vestigios de historia viva que aún quedan en el lugar. Otro dato, no menor, es que el Parque Nacional Lauca es considerado Reserva de la Biósfera por la Unesco, lo que confirma aún más su relevancia y la importancia que tiene para el turismo local.
Imagen CC. Julie Laurent
De regreso al hotel volvimos agotados, pero a la vez maravillados por la inmensa oportunidad de haber conocido uno de los lugares más hermosos de Chile, algunos sabíamos a lo que íbamos, los otros fueron sólo porque la mayoría democrática del grupo así lo estableció. Sin embargo, los que no tenían ninguna expectativa con esta atracción, terminaron siendo los que más se encantaron con el lugar y que, incluso prometieron volver, pero esta vez más preparados para disfrutar en todo su esplendor este increíble Parque Nacional.
Portada: Imagen CC. Chad Husby