A pesar de no ser creyente en las religiones y estar en absoluto desacuerdo con los postulados de la Iglesia Católica, una de las cosas que no podía dejar de hacer cuando visité Roma era conocer los Museos Vaticanos. Y desde mi experiencia les aseguro que independiente de su credo y maneras de plantearse la existencia humana, es un recorrido histórico, artístico y cultural imperdible.
Ahora bien, para hacer que su paso por los mismos sea lo más grato posible les aconsejo que si disponen de Internet y claridad de fechas para asistir, compren su entrada online en la web de los Museos Vaticanos, con lo que se evitarán la interminable espera y podrán ingresar por una fila preferencial que avanza muy rápido (no más de 20 minutos), hecha para quienes van con tour contratado y para quienes de manera individual llevan impreso el comprobante de su ticket.
La compra online habitualmente –a excepción de Semana Santa- presenta disponibilidad para el mes en curso y el siguiente. El ticket sin audio guía sale 16€ y con audio guía 23€ por persona, mientras que el de precio reducido -hasta los 18 años y estudiantes hasta los 26- sale 8€ y con audio guía 15 €.
Es importante que tengan muy claro que el valor de la entrada es el mismo al comprarla en las boleterías. ¿Por qué?, porque mientras uno espera su momento de ingreso se acercan guías turísticos de todas las nacionalidades, tamaños, razas y colores que se puedan imaginar, hablando en todos los idiomas, piropeando y preguntando hasta por cómo está tu mascota y ofreciendo el oro y el moro con tal de venderte un pack turístico a los Museos.
Es cierto que de no comprar online tendrán una prolongada espera de entre dos y dos horas y media, sin embargo podrán ingresar sin pagar las ganas. Además si están conociendo, ¿cuál es el apuro?, lugares turísticos habitualmente requieren de espera para acceder y acá no es la excepción.
Los guías que ofrecen un maravilloso pack y no tener que hacer fila, sólo te evitarán poco más de una hora de espera a cambio de 50, 70 y hasta 90 euros por persona. Pero no les creas, es verdad que la fila principal para entrar al lugar se la evitarán, sin embargo, en adelante, una vez dentro, todos los visitantes deben seguir las reglas del recorrido.
Deben tener claro que la entrada online o en boletería les da derecho para conocer todos los museos (Pío-Clementino, Chiaramonti, Gregoriano Etrusco, Gregoriano Egipcio, Gregoriano Profano, Misionero Etnológico) y la Capilla Sixtina.
Les recomiendo que si compran la entrada en boletería, lleguen no más de las 9.30 horas. Lleven una colación, un aparato electrónico para jugar o un libro para entretenerse en la fila. Si no quieren andar con mucho peso, venden botellas de agua envasada por 1 euro.
Una vez dentro, yo no pedí el audioguía, ya que es tanta la información y la cantidad de gente a tu alrededor, que es preferible fijarse en las leyendas de las obras que están en distintos idiomas y cuidar tu cartera o bolsillo de los cartereros.
Adentro hay baños, cafeterías y restaurants en varios puntos, bancas en el patio interior para sentarse y comer tranquilamente si se llevan una colación.
Lo más importante de esta visita, es que una vez dentro, la cantidad de obras de arte que guardan, los grabados e intervención interior de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, las interminables galerías como la del Braccio Nuovo, la Colección de Arte Religioso Moderno, y un largo etcétera, dan por pagado toda espera y cansancio que puedan sentir.