20 motivos para viajar antes de ser una treinteañera

Javiera Requena Aug 13, 2014

Viajar es de las mejores cosas que podemos hacer en la vida, pero cuando uno está cerca de cumplir las treinta primaveras cada vez le vamos encontrando más inconvenientes. Esos que antes ni siquiera nos percatábamos y sólo nos entregábamos a la aventura de conocer nuevos lugares. ¡Así que a aprovechar el momento se ha dicho! Acá una lista de por qué es mejor viajar antes de convertirse en una treinteañera.

1. Compartir una habitación con treinta personas desconocidas con un sólo baño no te parece tan mala idea (lo que es realmente una mala idea)

Imagen CC Amit Gupta

2. Cuando pase una semana de viaje ni pensarás en echar de menos tu almohada.

3. No tendrás que aguantar millones de ¡¿cuánto falta, cuánto falta?! que soportarás cuando tengas hijos.

4. No tendrás que sufrir los ronquidos de tu suegra, que pareciera que se va a morir cada vez que respira.

5. Hacer dedo te parece lo más normal del mundo, mientras con treinta años sólo piensas que un asesino en serie te parará y destripará.

Imagen CC Carlos Torres

6. Puedes comer en cualquier cadena de comida rápida por $1.000 o menos.

7. Bañarte con agua helada es soportable.

8. Lo único que necesitas es tu pasaporte, tu cepillo de dientes y una muda de ropa.

9. No tienes que dejar encargado el gato, el perro, la iguana, etc. con tu vecina.

10. Econtrarte un bicho en la cama no parece ser un drama.

11. Tu mayor preocupación es el peso de la mochila que llevas en tu espalda.

Imagen CC Douglas DeMoine

12. No sufrirás teniendo que alisarte el pelo 20 veces al día por la humedad ¡Un pinche y ya se soluciona todo!

13. Si alguien huele a pies, te reirás y lo tomarás como anécdota. No intentarás cortarle las extremidades.

14. No echarás de menos la marca de tu acondicionador favorito.

15. Comer una semana pan con queso no te preocupa para nada.

16. Puedes pasar días sin una ducha y no te haces mayores problemas.

17. No extrañarás a tus hijos en el momento en que cierres la puerta para irte de vacaciones.

18. No necesitas programarte con tres meses de anticipación para tan sólo tomarte 15 días hábiles.

19. Puedes caminar 10 kilómetros diarios y no te molesta los meniscos.

20. Te arriesgas a tomar agua de cualquier lugar y puedes superarlo.

El tiempo pasa volando, así que más vale aprovecharlo. A los veintitantos te tomas las cosas más a la ligera, tienes menos responsabilidades y perdonas actitudes que en otras edades no dejas pasar. En todo caso, no hay que amargarse, hay que vivir las etapas por lo que son y disfrutar cada una de ellas. Lo más importante es poder viajar y siempre estar descubriendo nuevas experiencias.

Portada, Imagen CC Daf Nudelman