No es necesario ser fanático del tango para alegrarse cuando canta Gardel. Y esto último ocurre con frecuencia en Buenos Aires, Argentina, donde cada esquina se transforma en un escenario para este sensual baile. Aburrirse aquí es casi imposible, tan imposible como hacer un gol con la mano en un Mundial de Fútbol sin ser detectado (¡oh, wait!). Además, se come rico, se gasta poco y se disfruta de un país que de cultura sí que sabe. A continuación, siete motivos por los cuales amo Buenos Aires.
1- Bueno, bonito y barato
Los pasajes ida y vuelta se encuentran desde los USD 250 en promedio (cerca de $170.000 CLP más tasas de embarque) y el centro de la ciudad destaca por la amplia oferta de hostales y hoteles para todos los gustos, sobre todo en las zonas cercanas al Obelisco y la Avenida Corrientes. Yo me conformé con dormir en un hostal barato útil para dejar las maletas y salir todo el día, aunque los que buscan comodidad no tendrán problemas para reservar hoteles con amplios cuartos o con vista a la ciudad. ¿Cómo encontrar los mejores precios? Primero, hay que dejar de marcar como “spam” los correos que envían las aerolíneas. Segundo, conviene visitar sitios de ofertas de viajes como www.despegar.com.
2- La carne a la parrilla
Una vez que comprobé que el colchón era blandito, salí a buscar la especialidad de la cocina argentina: parrilladas. El barrio clave es Puerto Madero, donde destaca el restaurante “Siga La Vaca”. Pagué $300 pesos argentinos (cerca de $15.000 CLP) y puede probar de todo, literalmente, porque funciona como tenedor libre. La recomendación de la casa son todos los bifés que se pueden pedir a punto o bien cocidos. ¿Un consejo? Ejerciten los muslos pues se levantarán varias veces de sus sillas a pedir más.
Información de contacto: http://www.sigalavaca.com
3- La pizza
Los que gozan de las masas gruesas con queso muzzarella recién derretido en horno a leña encontrarán un verdadero paraíso en la Pizzería Güerrin. Ubicado en plena Avenida Corrientes 1368, este local sabe cómo mantener la frescura pese a que se fundó en 1932. A mí me gustó la “rovolone con champiñón” aunque la napolitana también estuvo bien. De todas formas, cualquiera sea la elección, todo demuestra que en Argentina “la mano de Dios” también se hace presente en la cocina.
Información de contacto: http://pizzeriaguerrin.com/
4- Las callecitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo
Después de reposar algunas horas, una buena opción es salir a caminar por la ciudad. El barrio de La Boca, donde está Caminito, es un gran lugar para ver shows callejeros de tango y, de paso, encontrarse con figuras como el Papa o el Che Guevara hechas en yeso y listas para ser fotografiadas. El estadio La Bombonera se encuentra muy cerca y pagando desde $100 pesos argentinos ($5.000 CLP, aproximadamente) se puede entrar al museo y parte del estadio. Yo pagué $150 (cerca de $7.400 CLP) por un tour guiado y creo que fue todo un golazo.
Por otra parte, la opción hipster es Palermo Soho, barrio que destaca por construcciones mayormente a base de ladrillos y calles con adoquines. Hay bonitas esquinas que, listas para ser fotografiadas. Y algo similar ocurre en el barrio de San Telmo, donde se está la calle Chile. La gente suele recorrer ese lugar porque justo en la esquina con calle Defensa, aparece la figura de una ídola mundial: Mafalda.
La misma Mafalda dijo una vez que hay que temerles más a los vivos que a los muertos y esa máxima aplica al visitar el Cementerio de Recoleta. Aquí uno tiembla pero no de miedo, sino de impresión a causa de tan majestuosos mausoleos. Para conectarse con la historia, también se puede visitar la tumba Eva Perón, aunque bajen sus expectativas si quieren llegar a ese punto. La entrada es gratuita y cierran cerca de las 18:00. Lleguen antes si buscan recorrerlo con calma.
5- La cultura
La Avenida Corrientes es un destino imperdible para quienes aman leer. Como el libro no tiene impuestos, las librerías ubicadas en esta calle ofrecen todo tipos de textos a menos de la mitad de lo que costaría en Chile. Desde extensos reportajes como los de Jorge Latana o narraciones de humor como las de Roberto Fontanarrosa abundan en estas tiendas, por precios que sorprenden. Arriesgarse con algún autor desconocido también es buena alternativa para aquellos que suelen viajar trayectos largos. ¿Otros que convienen? Discos y películas tanto en DVD como en Blu-ray
Avenida Corrientes también destaca por sus teatros, como el Colón o el Municipal. El primero suele tener sus tickets agotados siempre, pero en el segundo hay más posibilidades de conseguir una entrada, aunque no son del todo baratos. En sus salas se ofrecen espectáculos musicales clásicos aunque también hay espacio a monólogos humorísticos y obras dramáticas. Yo tuve la suerte de encontrarme con una exposición gratuita de fotografía que retrataba la vida de Charly García que estaba tan buena que me dieron ganas de demoler hoteles. Y hablando de músicos, no dejes de mirar la cartelera del Luna Park, escenario por donde han pasado la mayoría de las bandas internacionales que visitan Argentina.
6- La bohemia
Pese a que se suele incluir a Puerto Madero en este ítem, mi experiencia dice que San Telmo y Palermo Soho son las mejores opciones. La primera, con precios más convenientes si se trata de tomar cerveza y picar algo como sándwich, medias lunas o tablas de quesos mientras se escucha buena música. En Palermo Soho, los locales suelen ser un poco más caros y el ambiente es ideal si se busca ver espectáculos de bandas en vivo o incluso, shows de stand up comedy. Las fiestas con descontrol, tipo discoteques, comienzan después de las 1:00 am en locales que se ubican, en su mayoría, de forma paralela a la Avenida Corrientes.
7- La amabilidad de la gente
Aunque es un hecho que en el fútbol existe una feroz rivalidad entre chilenos y argentinos, en Buenos Aires esto se olvida con rapidez. Es muy fácil conocer gente, pues cualquier excusa sirve para iniciar una conversación con los trasandinos. Recuerdo que, caminando por la Feria de San Telmo que se organiza los domingos en ese barrio, una chica argentina y sus dos amigos se acercaron a nosotros a pedirnos fuego, pero terminaron acompañándonos por todo el sector hasta la Plaza Dorrego donde acabamos levantando jarras y gritando “salud”, como si fuéramos amigos de toda la vida. Intercambiamos Facebook y si algún día vienen a Chile quisiéramos pagarle con la misma moneda.
Y aunque sé que existen muchas otras razones por las cuales amar Buenos Aires, yo quería destacar solo estas porque son aquellas que más me motivan a regresar. En esta oportunidad quedaron afuera La Casa Rosada, el Museo de Bellas Artes, la Facultad de Derecho de la UBA y la Floralis Genérica, que son otros espacios que también me encantaron y que deberían conocer. Ahora les toca ustedes armar sus maletas y vivir su propia experiencia. ¿Una última recomendación? Preparen el corazón porque se van a enamorar.