Este lugar se sitúa en Asia, al sur de China y al este de India y es conformado por países que poseen cierta unidad cultural. Aunque mi viaje incluyó también India y Nepal, que no son estrictamente parte de lo que llamamos Sudeste Asiático, igualmente podemos incluirlas dentro de este recorrido, pues te atraviesan de igual manera.
Puedo comenzar diciendo que este viaje marcó un antes y un después en mi vida y creo que cualquier persona que haya tenido la oportunidad de visitarlo estará de acuerdo conmigo. La mezcla de culturas, la religión, la naturaleza, paisajes, comida, todo es una gran experiencia.
Para los que les gusta la aventura, acá les dejo los 7 motivos por lo que yo amo el sudeste asiático:
1- Puedes recorrer varios países a precio muy conveniente. Si bien los pasajes aéreos son costosos desde Chile o Latinoamérica, estando allá, el dinero rinde mucho más que en otros destinos turísticos. Si eres un mochilero y tienes espíritu aventurero, puedes hacer que el viaje sea aun más barato, ya que la oferta de alojamiento y servicios está muy bien pensada para este tipo de viajeros. Si prefieres más comodidades, igualmente encontrarás precios accesibles en hoteles, restaurantes, tours y paquetes turísticos, que se adaptarán a tu estilo y a tu presupuesto.
2- Puedes conocer de cerca culturas muy diferentes a las que estas acostumbrado a convivir. De pronto te verás rodeado de cosas nuevas que mirar. Mercados, templos, pagodas, comercio ambulante, gente que transporta en elefantes, templos donde habitan monos, ruinas, una naturaleza exuberante, colores y aromas. Tendrás que sacarte los zapatos al entrar a la mayoría de los lugares y sentirás aroma a incienso en casi todo el recorrido.
Experiencias como comer con palitos, tráfico alocado en las calles, muchas motos por todas partes, comida de todo tipo al paso, calles llenas de gente, tanto turistas como locales, contrastan con los templos llenos de calma y lugares de meditación, monjes caminando por las calles, musulmanes con burka, mujeres con pañuelos, gente con vestimentas típicas y figuras de buda por donde mires. Es esta mezcla lo que le da el encanto a este lugar.
Eso si, tengo que recalcar que debes ir con la mente bien abierta, ya que hay costumbres que no nos son fáciles de digerir, como ver a gente que come con la mano, una costumbre muy arraigada en India. Dirás que no es tan raro si acostumbras comer sándwich o pizza con la mano, pero esto es distinto; ellos acostumbran mezclar todo tipo de platos con sus propias manos utilizándolas como cubiertos, incluso salsas, pastas, cremas, etc.
Por otro lado, en algunos países existen rituales mortuorios muy alejados de nuestras costumbres, como la cremación de cuerpos en al borde de ríos, los cuales son posteriormente arrojados al agua. Esto lo puede ver personalmente en el templo Pashupatinath en Kathmandú, pero el más lugar más conocido por este ritual es el río Ganges en India.
En fin, casi todo lo que veas será nuevo y distinto a nuestra cultura occidental.
3- Puedes comer cosas muy exóticas, como por ejemplo: escarabajos o gusanos confitados, frutas de todas formas y colores, algunas con aromas no muy apetecibles, las comidas más picantes que has probado en tu vida, preparaciones agridulces de todo tipo, pato, cocodrilo, bambú, y un largo etcétera. Si eres vegetariano, habrán muchas opciones para ti, porque en Asia hay muchas personas vegetarianas, por religión y cultura, por lo tanto la gama será amplia y exquisita. Además puedes vivir la experiencia de tomar sopa con palitos, que es todo un reto. Sin mencionar los tragos tropicales, el agua de coco o los trago en balde en vez de vasos. Aunque debo recalcar que hay países que por religión y costumbre, no tienen incorporado el alcohol dentro de sus hábitos.
Otra cosa atractiva es que en muchos lugares ofrecen comida al paso. Está lleno de carritos que ofrecen todo tipo de comidas en la calle, así que se puede ir probando la gastronomía local mientras das un paseo por la ciudad.
Mis favoritos de todo el viaje fueron las preparaciones con bambú típicas de Vietnam, los Pad Thai de las calles de Tailandia y el Chicken Laksa que es una sopa con crema de coco picante, pollo, noodles y tofu que pude probar en Indonesia y Singapur.
4- Tendrás la oportunidad de encontrar tu lado espiritual, ya que viajarás por rutas llenas de templos budistas, hinduistas y musulmanes. Es posible ver a la gente orando, haciendo sus rituales, dejando ofrendas. Puedes ver a los monjes con sus túnicas anaranjadas, rojas o cafés caminando por las calles. Los fieles rezan con distintos tipos de objetos, tal como los católicos utilizan el rosario. Las deidades de estas religiones poseen variadas figuras, estampadas y grabadas de distintas maneras en la arquitectura, escultura, artesanía, pintura, etc y pueden verse en todas partes. Es indescriptible la sensación que se vive en ese ambiente de paz. Es imposible quedar indiferente y, queramos o no, seamos o no religiosos, nos sorprenderemos reflexionando acerca de la vida, pensando en las enseñanzas de buda, en la historia, en uno mismo, en el mundo. Se viven momentos de introspección, se los puedo asegurar. A los más escépticos o reacios les recomiendo que se dejen llevar un poco por este ambiente, ya que hay infinitas cosas que podemos aprender de su cultura. Al final del día se agradece esta reflexión.
5- Conocerás las playas más paradisíacas del mundo. Al sur de Tailandia e Indonesia están las mejores a mi juicio, pero todos los países tienen lo suyo. Mi favorita es sin lugar a dudas la playa Rosa, ubicada en la reserva natural de Komodo, Indonesia, donde viven los famosos dragones (especie de reptiles de los más antiguos que perduran hasta hoy). Esta playa, además de tener arena rosada, como su nombre lo indica, es el mejor lugar que he conocido para hacer snorkeling. Es indescriptible la cantidad de flora y fauna marina que habita en esa costa. Puedes saludar al mismo Nemo (pez payaso) cuando el agua aun te llega a la rodilla. Realmente parece de fantasía.
En las playas del sudeste asiático puedes encontrar el panorama que quieras. Hay lugares para hacer buceo, snorkeling, hay playas que siempre están de fiesta, playas para ir de luna de miel, playas para explorar, playas para tomar sol, recorridos en barco por diferentes islas, en fin, estoy segura que ni siquiera puedo enumerar todas las actividades que este lugar ofrece.
6- La vida nocturna siempre te sorprenderá. Hay lugares donde la vida nocturna no para, y puedes disfrutar de fiestas en la playa, con shows de fuego, música y baile y locales para comer y beber. Otras ciudades ofrecen calles repletas de bares, restaurantes y discotecas, con los mejores menús de tragos y comida. Tailandia es especialista en esto, sobre todo en el Sur, en lugares como phuket, Ko Phi phi o Ko Thao. Pero en la mayoría de los países podrás disfrutar de una enorme gama de actividades nocturnas, por lo tanto, si eres de alma nocturna no te aburrirás jamás. De hecho, tendrás que controlarte para poder levantarte al día siguiente a continuar el viaje.
Claro que esto no es en todos los países así, ya que por su cultura o religión, hay algunos mas bien tranquilos, donde igualmente puedes salir a cenar y deleitarte con la decoración de sus locales y la comida exquisita, en un ambiente más relajado y con menos excesos.
7- Sentirás durante el viaje que la felicidad existe. Después de tantas emociones, tanta información nueva en nuestro cerebro, tantas imágenes nuevas grabadas en nuestras retinas, tantas personas nuevas conocidas, sensaciones, fotografías, recuerdos, aventuras, tantos momentos vividos, sentirás que la felicidad está en tus manos. Es que como mas te puedes sentir después de todo eso?
Esto que les cuento es una pincelada de todo lo que significa este gran viaje. Apenas puedan, tomen su mochila y partan, si no es a este destino, será a cualquier otro lugar inspirador que, ojalá, les regale las mismas alegrías que a mi me dejó esta experiencia. Pueden haber muchos lugares en el mundo capaces de hacernos vibrar. Lo ideal es que cada uno encuentre su lugar amado, el que para mi es el sudeste asiático. Conclusión: Lo hermoso es conocer y viajar.