Mochilear por primera vez puede resultar una incómoda experiencia si no escuchas a personas que lo hayan vivido anteriormente. Si bien uno se predispone para dormir en una carpa, no contar con agua potable y comer tallarines todos los días, existen artículos claves para facilitar tu aventura y no sufrir un colapso por consecuencia de la frustración.
A continuación, toma nota de estos 10 aprendizajes claves que extraje de mi primera experiencia como mochilera.
1. Lluvias repentinas
Aunque vayas al norte y jures que el clima es desértico, nunca sabes si puede llover en el trayecto hacia tu destino o en el mismo lugar. Escoge una casaca que no ocupe demasiado espacio, pero que sí cumpla su función contra la lluvia.
2. Bidones y botellas
Es así de simple: sin agua no puedes hacer nada. Caminar largas distancias te dará una sed enorme y no te darás cuenta como esas pesadas botellas se vaciarán en menos de una hora. También los necesitas para cocinar y asearte. Nunca olvides esto, en especial en tu primer mochileo, en que quizá te sientas infalible.
3. El salvador enjuague bucal
Como ya mencioné, de repente es difícil encontrar agua potable durante el mochileo; sin embargo, el higiene dental es un factor muy importante. Pare evitar mayores problemas, asegúrate de llevar tu cepillo de dientes, pasta y enjuague bucal. Con este último podrás eliminar el sarro extraído por el cepillo sin necesidad de gastar el agua.
4. No acampes solo
Es verdad que algunos buscan soledad y reflexión en sus salidas mochileras. Si no eres de ese arriesgado grupo, debes tomar en cuenta que es mejor instalar tu carpa junto a las de otras personas en vez de hacerlo en un lugar alejado. Si quieres ir a comprar o a recorrer, no creo que tengas ánimo de desarmar todo por miedo a que te roben.
5. ¡Vivan las sopas!
Económicas, no ocupan mucho espacio y son facilísimas de hacer. Las sopas instantáneas salvan en cualquier momento y distraen tu estómago del hambre mientras cocinas o antes de ir a dormir. Puedes llevar muchos sobres y nunca estará demás; o bien, para más comodidad -al servirlas- considera aquellas que incorporan un envase para llenarlas de agua.
6. Nada de cosas de valor
Si te compraste el celular de tus sueños o usas el anillo que te regaló tu abuelita, lamento contarte que lo mejor que puedes hacer es dejarlos en casa. Tampoco lleves ropa que te guste demasiado o que se dañe fácil. Siempre está la posibilidad que pierdas tus objetos, se dañen o, en el peor de los casos, que alguien los robe.
7. ¿Dónde está el cajero?
Estoy de acuerdo que mantener el dinero dentro de una tarjeta de débito es uno de los mejores inventos: no se pierde y puedes controlar mejor tus gastos. Sin embargo, muchas veces -demasiadas- me topé con el desagrado que no habían cajeros o que, simplemente, sólo recibían efectivo. Es mejor que lleves dinero (muy oculto) y no sufras porque la tarjeta no te sirve para nada.
8. Levantarse con el gallo
Una linterna o fogata jamás reemplazará la luz del día. Sinceramente, cuando mochileas no puedes hacer demasiadas cosas de noche además de sentarte a conversar con tus compañeros. Si eres aventurero y quieres aprovechar el día, levántate temprano y aprovecha esas horas para recorrer o avanzar.
9. Recolector de palitos
Uno de los peores errores de los mochileros es comenzar a recolectar palitos de madera cuando empieza a atardecer: la luz se va de inmediato y nunca alcanza para cubrir la larga noche que se avecina. Lo mejor que puedes hacer (para no cansarte ni quedarte sin madera), es recolectar palos en cada momento. Por ejemplo, si vas al río, regresa con algunas ramitas o si ves un tronco seco, llévalo de inmediato cerca de la carpa. Recuerda que en muchos parques nacionales, está prohibido realizar fogatas, así que ¡ojo con esto! ¡Una buena cocinilla a gas te salvará!
10. Cabello muerto
Probablemente el sol, la falta de agua potable y la alimentación sin horarios, termine por dañar tu cabello. Si eres de aquellos que posee una extensa o larga cabellera, lo mejor -y más cómodo- que puedes hacer es trenzarla. Lo importante es asegurar que cada trencita quede totalmente apretada y llevar algunos elásticos en caso de que alguno se rompa o pierda.
Además de todo lo anterior, nunca olvides que el elemento más importante dentro de tu mochila es el ánimo, disposición y ganas de disfrutar y conocer. Llénate de buenas energías recorriendo el mundo en contacto con la naturaleza: a veces, dentro de las cosas más simples puedes encontrar experiencias que te harán rebosar de alegría.