Indonesia destaca por ser una pléyade de islas que gozan de tener una de las mejores playas del mundo, unos paisajes sobrenaturales y una calidez de la gente sorprendente, con una alegría sin límites. En Indonesia destaca una de las islas más emblemáticas, misteriosas y turísticas: Bali.
Bali, que en los mapas se puede ver bien pequeño, es en realidad un mundo en sí mismo, que merece un tiempo para poder vivir su aventura y su misticismo. Es una de las pocas, sino la única, isla hindú de Indonesia, y es por ello que merece una perspectiva totalmente distinta. Con más de cientos de dialectos y múltiples etnias, la religión hindú asoma como un factor común junto a la alegría y calidez.
¿Qué hacer en Bali? Uff una infinidad de cosas. Pero qué es imperdible...
Kuta: Es el centro del carrete australiano, uno de los epicentros surfistas de la isla, las entradas a las playas tienen puertas plagas de símbolos hindúes. La isla tiene una humedad importante en la que con tormentas eléctricas el calor sigue siendo difícil de lidiar. Kuta es para fiestas y para playa. Entre US$5 a US$10 hay una cantidad inimaginable de hostales y dorms, principalmente por las calles Poppies Gang y Legian. Recomendable el Gora Inn.
Skygarden: Nadie no puede estar en Kuta y no comer ni bailar en los 5 pisos repletos de música del Skygarden junto a un tenedor libre por US$5 y en días cervezas gratis, en uno de los edificios más altos de la isla (no es muy alto, pero algo es algo).
Uluwatu: Uluwatu es el centro surfista por excelencia, con las mejores olas bajo una entrada de quebradas y rocas, que tienen una de las mejores puestas de sol de todo este rincón del mundo. La playa y las pequeñas calles viven del surf.
Templo de Uluwatu: Uno de los templos insignes de la isla, al borde del acantilado y rodeado de monos que te intentan robar desde tu comida hasta la cámara. Nuevamente, una de las mejores vistas.
Ubud: Una joya escondida de Bali. Es un pueblo bien chico pero tiene una magia en sus calles que se distancian del calor y el frenesí de Kuta y Uluwatu para internarse en la selva y la magia de la verdadera Bali. Repleto de hostales, ferias y pequeños mercados, es una delicia.
Monkey Forest (portada): En Ubud está en la calle principal el Monkey Forest, un templo que está protegido por monos y que vieron como apaciblemente la selva dominó todos los rincones de este gran templo. Es realmente increíble, y vale 20.000 rupias. A la entrada un cartel reza tener cuidado con los monos que suelen apropiarse de ciertos elementos del turista como cámaras fotográficas, celulares y obviamente comida.
Rice Fields: Dicen que son los campos de arroz más lindos de todo el Sudeste, y que sólo podrían llegar a competir con Sa-Pa en Vietnam. Alrededor de 85.000 rupias incluido el taxi que te lleva desde el centro de Ubud. Ves a familias y vidas enteras que han trabajado en esos arrozales y la manera en que te transmiten su vida a través de un canasto de arroz es indescriptible.
Padang Bay: El puerto de entrada y salida para aparecer en el mágico y hasta ahora semi-virginal Lombok y las espectaculares trillizas de Gili Island - que son realmente otra historia - permiten visualizar un mar turquesa realmente pintado, con las proas de los botes típicos de indonesia jugando con el madero y la marea. No está de más viajar en los slow boat con toda la población local entre las islas, para aproximarse a sus historias.
Eso es sólo una pequeña parte de Bali.Los viajes a las Gili y a Lombok son la continuación de esta isla fantástica. Así también recorrer las mejores playas de buceo y las termas al norte de la isla.