El muelle está en plena costanera de Frutillar. Esta avenida está completamente adornada de una arquitectura alemana casi tan exquisita como los küchens y tartas que venden en los innumerables locales de repostería que se ubican en el sector. Y como si fuera poco, el muelle se convierte en una extensión de esa arquitectura, adentrándose en las azuladas aguas del Lago Llanquihue, como invitándonos a contemplar la perfección de Volcán Osorno al final de este paisaje perfecto.