Aunque soy hija adoptiva de la Perla del Norte, como muchos, llevo tantos años por estos lados que ya me considero una antofagastina más.Y una de las mayores quejas que tienen (tenemos) los locales, es la misma que oigo a todos los visitantes: si hablamos de ciudades caras, mi hogar putativo encabeza la lista.
Por eso se me ocurrió que, más allá de mencionar los principales atractivos turísticos de la vapuleada capital minera de Chile, sería genial experimentar un recorrido por algunos de sus lugares no tan emblemáticos (pero igual de entretenidos), sin tener que ir a empeñar las joyas de mi abuelita para conseguirlo.
Primero que todo, si viajas desde Santiago, recomiendo encarecidamente que lo hagas en avión. No por lujo, sino por simple cálculo de costo/beneficio: el precio del pasaje más barato que puedes adquirir en bus (salón semi cama, ida y vuelta) es de aproximadamente 45 mil pesos, mientras que por 60 mil puedes obtener un pasaje en Lan (tarifa económica, reservando con anticipación), pero ahorrándote las 23 horas de viaje y el costo del plumón respectivo.
En general, las tarifas de los hoteles son bastante onerosas, aunque en despegar.com puedes encontrar ofertas de hostales y residenciales a precios más módicos (desde los 25 mil pesos aproximadamente). Recomiendo el hostal Herbesuite, que tiene la ventaja de estar bien ubicado (a pocas cuadras del centro) y de contar con baño privado en cada habitación, sin que por ello te cobren un ojo de la cara ("no malgaste su dinero en hoteles caros" es su lema, a modo de dato folclórico).
Luego de visitar el mirador de La Portada y el mini Big Ben de la plaza, y de tomarte las fotos de rigor, el casco histórico de la ciudad es una interesante opción de recorrido si sabes aprovecharla. Puedes visitar el Museo Regional o algunas instalaciones de las oficinas del Ferrocarril Antofagasta Bolivia. Frente a estas últimas, se ubica el Centro Cultural Estación Antofagasta, donde siempre puedes encontrar alguna exhibición cultural de acceso gratuito. El propio edificio es una construcción de estilo victoriano que data de 1906, recientemente remodelado. Dentro del mismo casco histórico, también puedes aprovechar de ver los hermosos murales del artista Luis Núñez, pintados en el edificio de las oficinas de la Policía de Investigaciones y en la antigua Casa Gibbs, ubicada junto frente al Mall Plaza Antofagasta.
Ya que estamos con las entretenciones gratuitas, siempre es recomendable dar un vistazo a la cartelera de actividades de la Biblioteca Regional de Antofagasta, situada frente a la plaza. Desde que abrió sus puertas el año pasado en su actual ubicación, siempre hay algún ciclo de cine, taller, concierto o charla a las que puedes acceder de manera gratuita, generalmente a eso de las 18:00 horas. Y, ya que andas por el sector, te recomiendo pasar por un cortado al Café del Centro: lo reconocerás de inmediato por las mesitas afuera en pleno paseo peatonal Prat y, si tienes suerte, quizás hasta te encuentres con el escritor Hernán Rivera Letelier; suele sentarse a escribir en el café y le encanta compartir historias con quienes se acercan a saludarlo.
Si visitas la ciudad en temporal estival, verás que no cabe ni un alfiler en ninguno de los tres balnearios principales durante el día. Es por ello que recomiendo seguir la tradición antofagastina de los baños nocturnos. El clima de la ciudad es ideal durante el verano, y mucha gente baja a las playas al atardecer a disfrutar del agua tibia y de las variadas entretenciones disponibles en el Balneario Municipal, por ejemplo, hasta bien entrada la noche.
Llegada la hora de comer algo rico, Antofagasta cuenta con un montón de picadas que no siempre son de conocimiento del visitante. Las empanadas Florencia con un clásico, y tienes más de 20 tipos de relleno para elegir por entre 1.200 y 1.800 pesos para la hora del almuerzo o la once. Florencia tiene tres locales en la ciudad, pero el de Avenida Angamos (a una cuadra del Balneario Municipal) es el más popular.
Si prefieres los productos del mar, el Terminal Pesquero ofrece una amplia variedad de preparaciones como cebiches, mariscales y empanadas desde los 2 mil pesos. Ya si hablamos de algo más sustancioso para la hora del bajón, La Estación, en calle Antonino Toro, es una fuente de soda con una exteeeensa (en serio, muy, muy extensa) variedad de sándwiches, completos, as, tablas, pichangas, etc., en tamaño normal y gigante. Es famosa por su carne mechada, así como por los varios artilugios históricos con los que está decorada, que datan de tiempos de las oficinas salitreras que existían en la región.
En lo que a vida nocturna concierne, hay para todos los bolsillos. La mayoría de los pubs están ubicados en Avenida Ejército, Avenida Angamos y Avenida Brasil, en el sector sur de la ciudad. Si tu idea de una velada entretenida es escuchar algo de música en vivo junto a tu trago o tabla, Sala Fusa es un pub y sala de conciertos en donde siempre encontrarás una banda, DJ o tributo local o nacional para pasar la noche a todo ritmo. La entrada va desde los mil a los 3 mil pesos.
Para los más alternativos y con ganas de mover el cuerpo, la discoteque Underboys es una opción relativamente cercana al centro y muy entretenida. De jueves a domingo, siempre encontrarás un show de drag queens con baile y humor a cargo de su anfitriona, además de una que otra visita de alguna celebridad, si estás de suerte. La entrada varía entre los mil y 3 mil pesos.
Ya lo sabes: tienes un montón de actividades gratuitas y a bajo costo de donde elegir para disfrutar al máximo de tu estadía en la Perla del Norte.