Toda mi vida había soñado con conocer Escocia y en Octubre del año pasado mi sueño se hizo realidad; llegué a Edimburgo un día lluvioso de Octubre, lo primero que llamó mi atención fue la amabilidad de la gente, dispuestos a ayudarte y darte indicaciones si te ven cara de perdida; luego me dejé encantar por su calles, la mayoría empinadas y estrechas, a excepción de las calles principales, formando una especie de laberinto que recorre la ciudad. Llegué a mi hostal, llamado Kick Ass Hostel, donde fueron muy amables al recibirme, era un lugar grande, con un bar en el último piso con mesa de pool, piano y juegos de mesa; mi habitación era espaciosa y tenía vistas preciosas al castillo.
Como llegué temprano almorcé y luego me dediqué a recorrer la ciudad, a perderme en sus rincones y a dejarme sorprender por las caídas de lluvia de treinta minutos, seguidas por un sol radiante que pintaban la ciudad de colores únicos. La arquitectura de la ciudad es impresionante, al caminar por las calles principales se ven iglesias y edificios grandes, que mezclan diversos estilos arquiectónicos, y desde la parte más alta se logra ver el mar de fondo; puedes perderte en sus calles pequeñas, con escaleras que las conectan y con muchos pubs y cafés en cada rincón. Parece un lugar sacado de un libro de magia, sus calles y edificios inspiraron a J.K. Rowling a escribir la saga de Harry Potter, sentada en la parte más alta de un café con vistas al cementerio y al colegio que inspiró la creación de Hogwarts.
Edimburgo es una ciudad que no es sólo conocida por su belleza y sus paisajes, sino también porque esconde cientos de historias de fantasmas, las que puedes conocer en alguno de los Tours de Fantasmas que salen en la noche y te llevan a conocer la historia oculta de Edimburgo. Para estos Tours no es necesario reservar con alguna compañía en particular, sólo debes llegar al centro y ahí muchas ofrecen sus recorridos; yo tomé uno que me llevó a conocer el cementerio, uno de los lugares con mayor actividad paranormal del mundo, las historias de fantasmas a lo largo de la ciudad y finalmente, las catacumbas que recurren la ciudad de manera subterránea y albergan muchas historias.
El día siguiente en la mañana tomé un tour gratuito por el centro histórico, con la compañía Sandemans, que ofrece tours basados en propinas con guías muy animados y que te ayudan a disfrutar la ciudad. Aprendí que se realizaban ejecuciones brutales en la prisión más grande de la ciudad, donde hoy en el lugar en que solía estar su puerta hay un corazón hecho de piedras de colores que la gente local escupe al pasar, como una forma de mostrar su rechazo a lo que sucedió hace muchos años. En la mitad del tour comenzó a llover, lo que no fue motivo para dejar de disfrutar y aprender lo que esta ciudad tiene para mostrar. En la mañana había quedado de acuerdo con un chico de República Checa para subir a un cerro conocido por estar cerca de la ciudad, y por mostrar vistas completas de ésta, por lo que tras terminar el recorrido volví al hostal para comenzar el camino; me daba un poco de miedo ya que había estado lloviendo y decían que podría estar algo resbaloso, pero dejé el temor a un lado y partimos. Tras media hora subiendo llegamos a la parte más alta, llamada Arthur’s Seat, donde las vistas a la ciudad son preciosas y la lluvia de la mañana había aclarado el cielo y teñido la tierra de tonos más vivos. Desde la cima veíamos como la neblina cubría el cielo y lo volvía a despejar, sin darnos cuenta del paso del tiempo y sintiendo que teníamos el mundo a nuestros pies. Tras aproximadamente una hora disfrutando las vistas de la ciudad, comenzamos el descenso y volvimos a la ciudad.
Al día siguiente comencé mi camino hacía las Tierras Altas, pasando por Inverness, El Lago de Ness y Glen Coe; el tour lo realicé con la compañía Highland Experience y duró todo el día. En el camino se veían paisajes impresionantes, montañas completamente verdes y animales pastando en los campos. La primera parada que hicimos fue en el Lago de Ness, un lugar al que nunca pensé que iría y que es conocido por albergar a su famoso monstruo: Nessie; tomé un viaje en ferry por el lago y me dejó sin palabras, sus aguas son muy oscuras y profundas, lo cubre una neblina espesa que se dispersa a ratos, y tiene una extensión muy grande, lo que lo hace el hogar perfecto para un monstruo, aunque yo no tuve la suerte de verlo. Luego continuamos nuestro camino hacía Inverness y Glen Coe, lugares donde se hacen realidad las imágenes vistas en películas, con una inmensidad y tranquilidad que no tienen límites. Estaba sola, parada en medio de la nada, con montañas rodeándome, y podía sentir la fuerza que entrega la naturaleza, y dejarme llenar por los distintos colores que cubren estas tierras. Recargada volví hacía Edimburgo, donde ya había llegado la noche, para comer algo y compartir con la gente del hostal por un rato.
La mañana siguiente me levanté muy temprano ya que era mi último día en Edimburgo, tras tomar desayuno partí hacia el Castillo, que está ubicado en la parte alta de la ciudad, es un lugar de reunión de personas de muchos lugares, y también entrega vistas maravillosas; no entré ya que estaba un poco justa de tiempo y había mucha gente esperando. Tras un rato observándolo y disfrutando las vistas que ofrece decidí ir al Museo Nacional de Escocia, es gratuito y ofrece información sobre cómo se formó Escocia y su historia; también alberga diversas exposiciones del país y del mundo, tiene espacios para niños y es un museo muy completo con varias muestras interactivas. Al salir almorcé algo y luego me fui al Aeropuerto para continuar mi viaje por el viejo continente.
Dejé Escocia enamorada de sus calles y de su gente, de los paisajes que ofrece y de todas las historias y criaturas mitológicas que alberga; lo dejé esperando volver.