El romanticismo de viajar con una cámara análoga

Karen Vergara Jul 17, 2014

Es una de mis aficiones favoritas, las cámaras análogas o "a rollo" han sido parte de mi vida desde siempre, cuando niña eran casi inaccesibles para mi, por lo que en cuanto empecé a ganar cierto dinero extra, comencé a coleccionarlas. Continuamente asisto a la feria de antigüedades que se hace los sábados en Plaza Perú (en Concepción) esperando encontrar algún lente o accesorio que pueda complementarlas.

Por lo tanto, se hizo casi indispensable empezar a llevarlas a mis viajes. Sobre todo porque soy una obsesionada por los colores y en ese sentido, siempre he considerado que las fotos de cámaras digitales no le hacen verdadera justicia al entorno que retratan.

Actualmente tengo dos 100% operativas, una es una Zenit 122, un tanque ruso del año 88, con casi dos kilos de peso.

Vista desde arriba, sin el flash externo:

Ésta cámara con su lente de 58mm, ha sido la ideal para fotografiar paisajes, debido al tono vintage tan característico que entrega. Entre sus pros está el que es 100% manual, puedes regular la apertura del lente y el tiempo de exposición, otro pro es que funciona en cualquier tipo de clima, ya que no tiene ningún tipo de control digital. También puedes usarla como arma, es tan pesada que su armazón de metal sería capaz de provocar una buena herida en la cabeza a algún amigo de lo ajeno. Entre sus contras está el peso, generalmente cuando mochileo trato de reducir lo más posible el equipaje, por lo tanto la he dejado sólo para viajes en bus o vehículo.

Éstas son algunas imágenes capturadas con ella:

Concepción (Copihue de la Reserva Nonguén)

Niebla, localidad cercana a Valdivia

Y mi favorita para los viajes, la Canon EOS 3000.

Acá podemos observar su pantalla digital:

La compré hace algún tiempo en Mercado Libre, y por 30 mil pesos, he podido retratar muchos parajes como una profesional. Con su lente 35-80mm he logrado fotografiar un montón de parajes. Ya que la he llevado conmigo en mochileos y sesiones artísticas. Es una cámara réflex potente, liviana y además cuenta con una pantalla digital donde puedes ajustar prácticamente todo. En los contras no encuentro ninguno, salvo que quieran dedicarse 100% a la fotografía, donde por consiguiente, deberían invertir en más y mejores lentes.

Plaza de Los Castaños, Chiguayante

Playa de Penco

Ahora bien, la fotografía análoga es mucho más que sólo romanticismo, hay que tener en cuenta ciertos factores a la hora de dedicarse a ella:

1.- Contar con una casa de revelado "amiga" o tener un cuarto oscuro propio. Cada uno tiene sus lugares favoritos, si bien, en Concepción ya quedan pocos lugares para revelar fotografías, Casa Orellana, jamás me ha defraudado, tienen un buen servicio y precios dentro de lo razonable (el revelado más pequeño de 36 fotos sale 2990, si es que todas las fotos salen OK, si no, te rebajan la tarifa).

2.- Conocer el rollo que utilizarás, en mi caso, mi favorito es el Fujifilm en todas sus variedades (100, 200 y 400 ASA) pero cada vez lo están trayendo menos. Su precio ronda los dos mil pesos.

3.- Tener en cuenta que tus fotos pueden no quedar como esperabas. Este es un problema, estamos tan acostumbrados a tomar cien fotos de un solo paseo con una cámara digital, que obviamente si alguna sale movida o fuera de foco, no hay dramas, pero con una cámara análoga donde sólo tienes 36 capturas, hay que esforzarse por escoger un buen lugar y no repetir la toma muchas veces. Lo mejor sería llevar una cámara digital igual, por si acaso.