Un pueblo casi perdido y tan cerca de Santiago... El Volcán, pueblo exquisito de historias, parte del legado de nuestro país.
Partimos en familia, mochileando hacia el sector, el verano del 2014. No lo conocíamos... de hecho ni siquiera sabíamos bien como llegar, salvo que estaba "muy arriba" en el Cajón del Maipo.
Averiguamos que debíamos llegar al pueblo de San José, y detrás de la única bomba de bencina "Copec" que se encuentra después de salir de Las Viscachas y pasar por todas las localidades antes de llegar a San José, encontraríamos el "único" paradero de la micro que nos dejaría en nuestro destino.
Por supuesto ya sabíamos que no íbamos a un hotel, así que, con mochila en nuestros hombros, aperados de alimento, vestuario adecuado, nuestra carpa, iluminación y algunas otras cosas útiles, nos subimos a la primera de las tres micros que suben diariamente.
Pasamos por todas las localidades como San Gabriel, que tiene una vista muy linda del río, y que también en algunas épocas del año, el agua se ve azulina. Allí existen vendedores ambulantes, y también un kiosko donde venden almuerzos, sandwich y algo de mercadería para quienes van de paso. Es por cierto la penúltima alternativa que tienes de comprar algún alimento si no vas tan preparado. Después de eso, salvo en El Volcán, no encontrarás donde comprar.
Vuelvo al relato. La micro llega a la calle principal del pueblo, baja por un camino de tierra (como lo son todas las calles del pueblo) y vuelve al único camino hasta el lugar devolviéndose a Santiago. Es su última parada. Creo que también se puede tomar en el 14 de Vicuña Mackenna para quienes viven cerca, y como dije antes pasa mañana, tarde y noche.
Puedes encontrar en el pueblo, una posta de urgencia, un local de abarrotes, un cuartel de la PDI, y quienes venden artesanía. En el local de abarrotes tienen al menos hasta que yo estuve allí, un teléfono satelital por si tienes urgencia de comunicarte. Los celulares casi no funcionan...la señal es muy débil por la altura y los cerros.
La gente de allí muy amable, y en especial Karina, quien vende fósiles a la orilla del camino...ella es hija de un arriero que recorre los altos de la precordillera en busca de aventuras.
También podrás si subes el cerro, encontrar y adentrarte en una de las minas que aún permanece abierta. Se debe entrar con linternas y mucha precaución. Dentro de la mina te puedes encontrar con algunos "bichos" desagradables así que si vas, preparate en lo posible con bototos y pantalones largos.
La vista del río es exquisita y para qué decir el cielo de noche....puedes observar y maravillarte lo claro que se ven las estrellas.
Si me preguntan un lugar cercano donde acampar tranquila cerca de Santiago... ése es el lugar !