Bolivia es un país de contrastes, que sin duda te sorprende desde la arquitectura y las costumbres de un país que está en el corazón de Sudamérica. Muchas de las fotografías entregan paisajes increíbles en los salares de Uyuni, la tradición de Sucre o las montañas que rodean La Paz. Sin embargo, en los inicios del Amazonas, la selva boliviana ofrece experiencias únicas que dejan la aventura sin aliento,e imprescindibles para cualquier viaje a Bolivia. La ruta de la muerte, conocida como una de las rutas más mortíferas del mundo por la cantidad de accidentes, hoy tiene dos versiones en la eterna ruta que une La Paz de Coroico, y paso obligado si decides ir a la selva.
La ruta de la muerte hace referencia a dos pasos distintos. Uno - el actual - es aquel construido en plena carretera que bordea los acantilados de la sierra boliviana por un camino de menos de 10 metros de ancho en ocasiones de ripio y otras de tierral, por donde pasan los buses y autos. Es tan estrecho, que los autos deben tocar la bocina antes de cruzar los túneles o las curvas del camino, para no cruzarse. La estadística oscila en un accidente mensual por lo menos. Sin embargo, la ruta original es una que actualmente está cerrada para los buses, y solo es transitada por autos locales, camiones... y bicicletas.
El tour en bicicletas se puede comprar desde La Paz, todas las agencias las venden a un precio similar, y consiste en un día completo de aventura. El valor es cercano a $40.000 pesos chilenos (es caro para Bolivia, pero vale realmente la pena). Es imprescindible preguntar a la Agencia lo que incluye el paseo. Hay algunas que te cobran extra por entradas a la ruta, y otras que te obligan a firmar una carta que te responsabilizan por cualquier daño.
A través de una van te llevan hasta el inicio de la ruta de la muerte actual, para pasarte unas bicicletas con el equipo completo (casco, rodilleras, chaqueta y guantes). Es fundamental revisar la bicicleta, que tenga unos frenos totalmente funcionales y efectivos, junto a un volante que te permita hacerte el control. Es realmente importante, ya que puedes convertir este paseo en un verdadero infierno si no tomas las medidas necesarias. Recuerda que es una atracción, pero no es un juego. Luego, por un desvío te llevan hacia la antigua ruta de la muerte. Te explican que en palabras sencillas, vayas con cuidado,no juegues ni hagas bromas, y hagas caso de las instrucciones, pues hay personas que se han muerto en la ruta, y que por ello lleva su nombre, tal como dijo el guía en un pésimo inglés: "if you don´t listen me, you die, ok?".
Luego, la aventura y la adrenalina es máxima. Aún cuando el camino es de unos 4 a 5 metros de ancho, te sueltan desde los 4.500 metros por sobre el nivel del mar, para llegar a cerca de los 2.000; por tanto es en permanente bajada. Si bien, con las medidas de seguridad y con un mayor cuidado, no debieran haber problemas, es importante bajar de manera lenta, cuidadosa y observar el paisaje pero con freno de mano. Los acantilados a través de la sierra, junto a las cascadas espectaculares y la neblina que cubre los precipicios obligan a pensar en un mundo diferente. Incluso, mientras vas bajando en la bicicleta, observas innumerables cruces de personas que no alcanzaron a lograr el camino. Es terrorífico. Además, el cuidado extremo es en las curvas, puesto que en el camino aún pasan autos en las distintas direcciones, por tanto hay que tener mucho cuidado para no pasar un mal rato con un auto o incluso un camión. Siempre la sugerencia es ir por el costado más alejado del acantilado,y estar atento a las señales del instructor como de las luces y ruidos en el camino.Siempre ir frenando, porque el camino es en bajada y en ocasiones la visibilidad es muy reducida. Además que las curvas y los acantilados no favorecen a la tranquilidad, sino que fomentan la adrenalina a mil.
Después de cerca de 1 hora y poco más ya has llegado a la meta, con un par de picadas de mosquitos, ya estás en una pequeña tienda donde puedes comprar bebidas o cosas para comer. Enseguida, nuevamente te llevan en la van hacia un rico almuerzo buffet con piscina y hamacas incluidas, como premio a la valentía y al esfuerzo.Te entregan también un cd con las fotos y videos del viaje sacadas por los guías. Ya en la tarde, vuelves a La Paz para llegar tipo 17 horas.
La bajada es espectacular, pero la aventura se inicia desde que te subes a la van. ¿Qué no nos pasó a nosotros? Desde un chofer que fue apresado por tener los documentos vencidos - y que fue rápidamente reemplazado por la compañía -, hasta quedarse con una rueda atorada en un barrial donde tuvimos que empujar todos para salir; Bolivia y sus paisajes son únicos. Vive la aventura con cuidado y tomando toda precaución necesaria, y disfrutarás de un día totalmente único!