Conversando con mi polola, dijimos qué podemos hacer el fin de semana. Somos ambos de Los Ángeles y queríamos salir a comer a algún lugar novedoso y salió la idea de ir a Capitán Pastene, la capital de la gastronomía italiana en nuestro País. Los Ángeles se encuentra a 121 km de Capitán Pastene, donde debemos pasar primero por Angol, la capital provincial de Malleco, en la novena región. Es un viaje agradable, bastante bonito, pero a su vez con gran cantidad de forestales que destruyen la naturaleza autóctona del lugar con pinos y eucaliptos por doquier. Siempre tuve la curiosidad de visitar aquel lugar, la familia de mi padre proviene de Capitán Pastene, inmigrantes italianos de apellido Balocchi provenientes del sur de Italia, cercana a la zona de Nápoles.
Es por eso que decidimos partir junto a mi polola y mi suegra hacia Capitan Pastene desde Los Ángeles, el camino hasta Angol es bastante bueno, no hay grandes problemas, pero sí deben tener mucho ojo al momento de manejar, ya que es una ruta forestal donde ocurren bastantes accidentes por las imprudencias tanto de conductores de vehículos livianos como de camioneros. Desde Los Ángeles a Angol hay 60 km, lo que se traduce en un viaje de 45 minutos a una velocidad moderada. La idea es salir temprano para poder almorzar en Capitán Pastene y recorrer el pueblo. Al llegar a la capital de la provincia de Malleco tomamos la ruta hacia Los Sauces, aproximadamente a 25 km de Angol, para posteriormente desde Los Sauces tomar la ruta hacia Traiguen. Está bien señalizado, así que no habrá problemas al momento de salir de Los Sauces para ir a Capitán Pastene.
Aquí es donde se vuelve algo complicado, desde Los Sauces uno debe llegar a Lumaco (sí, la ciudad de los famosos Charros de Lumaco) para posteriormente dirigirse a Capitán Pastene. El tema es que hay dos caminos que indica la ruta (si vas con Waze o lo que indica el camino), uno bastante deplorable (camino forestal, mucho camión, de tierra, pero bastante lindo), el otro camino igual forestal pero asfaltado completamente. Ahí debes escoger tú, pero el primero toma aproximadamente 1 hora y el segundo 30 minutos. Te sugiero que tomes el primero si quieres disfrutar el día. Al llegar a Lumaco (es una pequeña ciudad con una avenida principal), está señalizado el camino a Pastene. Por lo que existe una distancia de 15 minutos aproximadamente entre un poblado y otro. Al llegar a nuestro destino, se siente un aire distinto,la verdad es que hay que atravesar uno de los tantos cordones montañosos de la cordillera de la costa y la pregunta que viene inmediatamente a la mente es ¿Como estos inmigrantes italianos pensaron en instalarse en un valle pequeño, rodeado de bosques? La verdad es algo bastante impresionante. El pueblo está ubicado sobre un par de lomas, por lo que en algunos lugares del mismo, se ve gran parte del valle que rodea a Pastene.
Entrando a Capitán Pastene debes ir a la derecha, ahí es donde encuentras los principales restaurantes del poblado. ¿Cuál recomiendo? Sin duda Trattoria Don Primo. Es el restaurante más conocido de la zona, en el cual encuentras pastas de todo tipo, además de poder comprar prosciutto ahumado, y todo tipo de pastas y embutidos para disfrutar en tu propia casa. Lo particular de este restaurante, es que cruzando la calle, existe un museo del prosciutto con diversas fotografías históricas de los primeros colonos de Capitán Pastene, puedes visitarlas gratuitamente. Si buscas otra alternativa, la Trattoria Anita Covili también es una opción. A su vez puedes visitar la iglesia de San Felipe de Neri, frente la plaza de Capitán Pastene, una iglesia que data desde principios de siglo XX.
Ya después de haber almorzado y disfrutado de las bondades de este pueblo emprendemos camino de vuelta a Los Ángeles.Es una camino realmente mágico, más para personas que tienen antepasados que llegaron a ese lugar. Se mezcla la flora y fauna con la gastronomía italiana, donde el jamón serrano, las pastas y los quesos dejan un gusto en el paladar de querer volver a Pastene y a su vez viajar al pasado y preguntarse cómo esas familias italianas llegaron a ese recóndito lugar.