Mendoza es una ciudad mágica y entretenida ubicada al oeste de Argentina. Lugar en el que se pueden encontrar variadas actividades para todos los gustos, como paseos culturales y gastronómicos; actividades entretenidas y lugares de descanso.
Mis escapadas han sido variadas y he aprovechado de hacer algo distinto en cada una de ellas, ya que hay un sinfín de cosas que hacer y todo depende del objetivo del viaje. Personalmente uno de mis lugares favoritos para desconectarse y renovar energías son “Las Termas de Cacheuta” ubicadas en Lujan de Cuyo a 90 minutos en auto desde el centro de Mendoza. Tienes un paisaje espectacular, donde apreciar el silencio y la infinidad de las montañas no tiene precio. Sus diferentes piscinas naturales con diversas temperaturas invitan al relajo máximo. Importante dato a tener presente, para que no les ocurra lo mismo que a mí, es tener mucho cuidado al meterse a la piscina más caliente, o corren el riesgo de pasar un mal rato. DATO: Lugar especialmente recomendado para una escapada romántica.
Si por sí solas las termas no son suficientes, puedes ir al spa por unos ricos masajes. Luego de tanto descanso, por lo menos a mí se me abre el apetito, así que aprovecha de disfrutar de un rico Bife Chorizo y una cerveza bien helada, si es que no te gusta el fernet. Lo bueno, es que se puede encontrar más de un lugar para comer, otra opción es llevar tu “cooler” y tirar unas carnes a la parrilla, pues hay un lugar de picnic disponible con asaderas.
Para los amantes del deporte y la cultura, un buen lugar es el “Parque San Martín” cerca del centro de la ciudad. Cuando lo visité la primera vez quede maravillada, ya que su paisaje te hace sentir que estás en otro lugar. Tiene ciclo vías y pistas para running que dan vuelta al lago en el que se practica canotaje. Particularmente me gusta ir cuando celebran la fiesta de la vendimia, algo imperdible que comienza el último domingo de febrero y dura una semana. En este parque también se realizan diversas actividades culturales y deportivas durante el año y además se puede visitar “El Museo de Ciencias Naturales”.
La comida es tan rica y sabrosa que es imposible no deleitarse con un buen corte de carne o una exquisita milanesa, en mi opinión, no he vuelto a probar unas tan ricas como las de allá, todo esto acompañado de un vino mendocino ¡bon appetit! Sin duda es una delicia para el paladar. Si te gusta el vino puedes catar y degustarlos en recorridos a las viñas. En el centro de la ciudad se encuentran numerosas agencias que organizan estos paseos gastronómicos.