Ubicada en medio del Pácifico, la Polinesia Francesa es un lugar que innumerables escenarios paradisíacos para relajarse y pasarlo bien. Ha sabido sacarle provecho al turismo por lo que su entorno natural está muy bien conservado y te permite disfrutar de actividades diversas, ya sean bajo el agua, perdido en la jungla o en las alturas de un cerro. Ah y cómo olvidarlo, descansar en playas de arena blanca, mirando el agua color jade mientras tomas jugos frutales.
Maupiti
Esta isla no es de los destinos mas concurridos y eso es una ventaja. Gracias a que no practican el turismo masivo se conserva gran parte de su encanto natural. Sus habitantes saben lo que tienen y se han opuesto a la construcción de complejos hoteleros en la playa. Aquí puedes subir hasta altas crestas rocosas para luego bajar a su laguna, la cual es poco profunda y de color jade.
Una actividad que es una obligación realizar es cruzar el “Paso de los tiburones bebés”, un trayecto hacia el islote Motu Auira que cuando baja la marea te permite caminar con el agua hasta la cintura viendo las aletas de los pequeños tiburones entre el coral. Otro sitio interesante en la isla es Hotu Parata, un acantilado de basalto negro que se eleva 165 metros sobre el principal poblado de la isla, Vaiea. Cuenta con lugares la nidificación por lo que se considera un santuario de aves marinas.
Papeete
Es la capital de la Polinesia Francesa y se ubica en su isla más grande, Tahiti. Es una ciudad con mucha historia, víctima de tragedias naturales y humanas pero que se ha sobrepuesto a las adversidades y sigue en pie. Fue hogar de artistas connotados como por ejemplo Paul Gauguin, de quien hay un museo también en la isla.
Si quieres surfear a lo grande es tu lugar, siendo considerado uno de los mejores lugares para ello al punto en que aquí se rodó una película sobre este deporte llamada “Bruce Brown The Endless Summer”. Sin duda debes visitar el muelle ya que ahí es donde se realizan gran parte de los festivales y otras actividades. También puedes ir a Le Marché que es el mercado municipal para un lugar lleno de movimiento donde venden frutas, verduras, artesanías y recuerdos. Lo bueno es que cuando estás agotado del bullicio hay varias playas calmadas para alejarte del ruido y descansar.
Jardín Paofai
Un lugar que ofrece espacios para hacer deporte y juegos para niños, con pérgolas y paseos para transitar, es un lugar muy bien diseñado para pasar un rato en familia. Tiene una hermosa vista al mar y una recolección de plantas de los 5 archipiélagos que componen la Polinesia Francesa. Es un lugar ideal para refrescarse puesto que su abundancia de arboles, la cual incluye cocos, plátanos y otras frutas, ofrecen abundante sombra y refugio del calor. Se ubica en Papeete y puede ser visitado durante el día.
Islas Sotavento
Muchos de los lugares mencionados aquí en el artículo forman parte de las Islas Sotaventos, sin embargo merece una sección ya que en si el archipiélago es interesante y cuenta con islas y ubicaciones que no son mencionadas en este artículo. Por ejemplo en la isla Raiatea crece una flor única en el mundo conocida como la gardenia de cinco pétalos. Así cada isla tiene su historia y particularidades ya que antiguamente fueron un centro político y religioso de alta importancia. No se puede conocer verdaderamente la Polinesia Francesa sin hacer un recorrido por estos atolones e islas repletas de cultura y tradición.
Moorea
Un lugar de gran belleza escenica con un ritmo tranquilo y agradable. Es un poco más abierto al turismo tradicional que Maupiti, contando con algunos resorts hoteleros de renombre internacional. Tiene características geográficas muy llamativas, con 8 cerros subiendo desde una laguna translucida y cuya forma se asemeja a un corazón visto desde arriba, lo que probablemente sea la causa de su fama como uno de los destinos más populares de Tahiti para lunas de miel. Con este diverso paisaje es posible hacer una serie de actividades pasando por buceo, escalada, parapente y avistamiento de ballenas, entre muchas otras.
Cascada Fataua
Ubicada en el Valle Fataua se puede llegar por distintas vías, aunque constituye una buena experiencia hacer el sendero a través de la montaña. El camino tiene partes fáciles y otras medianamente exigentes, siendo apto para excursiones familiares, con abundancia de vegetación y un ambiente muy tranquilo. La cascada se puede apreciar en todo su esplendor, con sus 985 metros de caída lo que la convierte en la N.º 28 más grande del mundo.
En el trayecto se cruza por el puente Fachoda, donde se empieza a sentir la naturaleza en su máxima expresión, con una amplia diversidad de flora, incluyendo grandes helechos y arboles de coco. Cerca de la cascada se encuentra el fuerte Fachoda, un lugar de importancia en la historia de la Polinesia Francesa ya que fue escenario de conflictos entre Francia y Tahiti.
Rangiroa
Hay muchos sitios para bucear en la Polinesia Francesa pero Rangiroa es considerado uno de los mejores y con justa razón. Debido a que cuenta con una laguna un tanto recluida pero aún así accesible, es prácticamente un acuario natural donde ver una cantidad increíble de flora y fauna marina. Corrientes submarinas te transportan, siendo una experiencia adrenalinica por un lado y contemplativa por otro ya que abundan los peces y corales. También puedes nadar con snorkel o hacer amnea sin necesidad de contratar a ningún guía o servicio, solo lleva tus cosas y hazlo.
Jardín Tropical de Moorea
Si ya has tenido suficiente playa y aguas cristalinas, quizás te apetezca un poco de altura para cambiar de ambiente. No te preocupes que lo paradisíaco sigue estando ahí, sobre todo en este jardín tropical que ofrece una vista espectacular, acompañado de jugos naturales tropicales con fruta producida localmente. Aquí existe una política de cuidado al medio ambiente y venden productos de alta calidad para que puedas disfrutar del entorno.
Un lugar donde puedes vivir una experiencia de película, recorriendo selvas tropicales y encontrándote con antiguos templos sagrados escondidos en la vegetación. Una tierra muy fértil donde crecen cocos, plátanos, sandías y vainilla, entre otras especies. Hauine es una isla con menos playa y más verde, que se asemeja más a lo que era el resto de las islas antiguamente. Si quieres un lugar donde llega menos gente y donde divagar con mayor libertad es acá.
Tikehau
Es
un lugar donde la gente es especialmente amistosa. Abunda la vida,
los jardines y sobre todo los peces en todos sus colores. Es
considerada una de las islas más bonitas de la Polinesia Francesa
con sus playas de arena rosada y mucha tranquilidad. La gente vive
principalmente en el pueblo de Tuherahera, dejando el resto del
islote prácticamente sin tocar, por lo que es un buen lugar si
buscas pristinidad y naturaleza virgen.
La
Polinesia Francesa es un lugar de abundante naturaleza y un ambiente
relajado, sin embargo cada isla tiene su oferta e identidad propia
por lo que esta información te puede servir para que aproveches tu
tiempo al máximo durante tu viaje, recorriendo los lugares que son
más ajustados a tus gustos personales. También hay que considerar
que en este país la gente en general es amistosa y si te das el
tiempo de conocerla puede que te presenten lugares que están fuera
de los circuitos turísticos, mejorando tu experiencia.