Para llegar a la selva boliviana primero hay que llegar al pueblo de Rurrenabaque ubicado en la entrada del Amazonas, de aquí parten los tours y se toman las lanchas que parten por la entrada del río. Nosotros tuvimos la mala suerte de que justo cuando ingresamos al río se puso a llover muy fuerte, pero los planes no se detuvieron y seguimos rumbo a la selva.
Fueron cerca de 2 horas hasta llegar al lugar, nuestra lancha estaba llena de agua y nuestras mochilas también, pero hasta ese complicado recorrido se hizo entretenido, porque al mismo tiempo podíamos contemplar los animales y la hermosa vegetación. Finalmente llegamos, eran unas pequeñas construcciones tipo palafitos a la orilla del río, donde los monos se paseaban, si a pesar de todo esa casa era de ellos, no de nosotros.
Durante los días que estuvimos ahí recorrimos toda esa zona del Amazonas, pescamos pirañas, las cocinamos, jugamos con los monos, nadamos con delfines rosados, encontramos una anaconda y vimos muchos cocodrilos. Terminamos muy cansados, pero esta fue sin dudas una experiencia inolvidable y compartimos con los animales en su hábitat, nada mejor que cientos de animales libres y sin rejas!