Aunque nací en Valparaíso, nunca he vivido en esa ciudad, sólo la he visitado con fines turísticos, durante las vacaciones de mi adolescencia y adultez. Sin saber esto puede que encuentren extraño que mi primera polola sea de esa ciudad o que toda mi familia viva en la quinta región, aún cuando hoy en día viva en Concepción, pero es así, y es por el amor que le tengo a los cerros, arterias delirantes y costas de Valpocity: lugar de historia e historias, sitios curiosos, bohemia y diversión sin fin, mezclada claro con una cultura especial y propia de la que cuesta despedirse.
Como ya es costumbre, hace unos meses volví con un grupo de amigos para participar en unas lecturas de poesía (hobby que realizo a la par de otros proyectos). Sirvió de excusa para disfrutar de Cumming, el Cerro Concepción, Cerro Alegre, Caleta Portales, Bellavista, Playa Ancha y tantos otros lugares cercanos y que en uno o dos días, con piernas fuertes, puedes visitar. Tengo la suerte de haberme quedado en la casa de un tío de Viña del Mar (a media hora el viaje), por lo que no tuve que buscar lugar ni gastar dinero en hospedaje, cosa complicada pues los lugares más baratos (en época normal, no festiva) van desde los 7 a 10 mil pesos y se pueden disparar hasta los 20 o 30 mil pesos.
Alcancé a subirme al Ascensor El Peral junto a mis amigos (quienes jamás se habían subido a uno) y subirlos a un trole aún en pie (de esos eléctricos de color verde que atraviesan toda la costa, de lado a lado). Lo más largo fue bajar desde el Parque Cultural de Valparaíso (donde puedes disfrutar de obras de teatro, música al aire libre y otros artes), ubicado en el Cerro Cárcel (por estar allí la ex cárcel, justamente, junto al cementerio) por Atahualpa hacia Cumming y más allá, donde visitamos uno de los restoranes insignes del sector: El Mastodonte (Esmeralda 1139). Allí una buena chorrillana familiar y unas cervezas regocijaron nuestros estómagos para prepararnos para la jarana, donde Coyote Quemado, Máscara y demases tugurios remataron la noche.
Una típica salida a Valpo no puede estar completa sin pasear por el puerto, ver el Muelle Prat y el el paseo 21 de Mayo, y buscar la opción gastronómica que más nos convenga. Esta vez por tiempo y lucas no pude visitar estos sectores, pero para quienes estén en el lugar deben sí o sí recorrer estos parajes, que como oferta nocturna aportan con El Playa, El Proa, Las Cachas Grandes, etc. Para qué hablar de Museos y Ferias, pues en el plan, distintas plazas o en Bellavista durante el día podrás pasear y maravillarte con algún recuerdo divertido o ganga invaluable.
Más que recomendar Valparaíso es hacerte creer todo lo que escuchas de esta ciudad, sin dudas una de las más dinámicas, ricas multiculturalmente hablando y con más panoramas de Chile. Si estás pensando en ir y volver te recomiendo encarecidamente que lo hagas pues sigue tal cual, tan emocionante y sorprendente con siempre. ¿Conoces más lugares clásicos de Valpo que se me olvidó mencionar en esta pasada? Y que son muchos, pues no olvides comentar.