Para llegar acá tuvimos que llegar hasta la ciudad de Molina, desde aquí tomamos una micro que estaba cargada hasta en el techo, las mochilas, maletas y cajas estaban amarradas en la parte superior y parecía que el bus se iba a caer. Era pleno verano y el bus iba repleto y hacía mucho calor, además el camino está en pésimas condiciones, por lo que avanzar para llegar hasta la zona de camping es toda una aventura.
Finalmente llegamos hasta el sector del Parque Inglés que está ubicado en lo más alto, al final del camino y puedes acampar cerca del río. Es un lugar tranquilo que es visitado principalmente por familias que van en busca de un buen lugar para compartir, además hay varios ríos y lagunas en los que te puedes bañar y pasar en parte el calor que es bastante en verano.
Uno de los días que estuvimos acampando aquí fuimos a conocer el radal que queda unos kilómetros más abajo, hay que pagar $2.500 a la Conaf para poder ingresar, pero vale la pena totalmente. Hay rutas demarcadas en el parque, por las que puedes circular y acercarte a varios lugares preciosos y algunos miradores que te permiten apreciar el radal desde las alturas, hay mucha gente conociendo, principalmente gente joven, porque igual hay hartas subidas y terrenos complicados que pueden exigir un poco más físicamente, así que si tu estado físico te lo permite, venir hasta aquí es un panorama imperdible!