No es necesario recorrer el Himalaya, ni realizar una expedición al Everest para transformar tu viaje en una aventura. Puedes hacerlo incluso si vas por un fin de semana a una ciudad o pueblo cercano al tuyo. Estos tres consejos te ayudarán:
1. Improvisar:
No planifiques absolutamente todo. Seguir el instinto es una forma infalible de hacer que un viaje te sorprenda, ya que las mejores cosas suceden cuando son inesperadas. Sé flexible y déjate llevar por el viaje.
2. Sé atrevido:
Prueba y haz cosas que normalmente no harías. En un viaje estamos más dispuestos a salir de nuestra zona de confort y se nos presentan oportunidades que en el día a día quizás no aparecen. Aprovéchalas y atrévete a vivir experiencias diferentes. Puede ser un buen momento para enfrentar tus miedos, como lanzarte en bungee o bucear si es que nunca antes lo hiciste.
3. Sociabiliza:
Acércate a la gente, pregunta, conversa, sonríe. Es una buena manera de conocer el lugar en el que te encuentras. Aunque hayas estado ahí mismo varias veces antes, siempre hay cosas nuevas por descubrir. Relaciónate lo que más puedas con los lugareños sin dejar que la timidez te frene. Mucha gente se siente atraída y curiosa por los forasteros, por lo que puedes tener grandes probabilidades de que te inviten a hacer algo con ellos. Si eso pasa, toma en cuenta el punto número dos y disfruta.
Como verás, convertir tus viajes en grandes aventuras no depende del lugar, sino de tu disposición y actitud. ¡Así que toma tu mochila con ganas y a viajar!