A una hora de Barcelona se encuentra la Montaña de Montserrat, hogar del santuario del mismo nombre. En el lugar hay muchos senderos, que suben y bajan las extrañas formaciones rocosas que componen la montaña. Desde arriba, luego de una vivificante caminata, podemos observar el valle, atravesado por el Río Llobregat, algunas ciudades, y en días despejados incluso se puede ver Barcelona, en la lejanía junto al mar.
Ideal para desconectar y mirar las cosas desde otra perspectiva, disfrutando del silencio de las montañas, solamente interrumpido por el ruido del viento y de nuestros propios pasos. Para completar la experiencia, un coro de niños canta todos los días a las 12:00 en la abadía. Montserrat es pura belleza.