Cuando partí a Rio de Janeiro en época de carnaval, temporada alta, millones de turistas y un itinerario de carrete impensable, todas mis expectativas quedaron nulas cuando la travesía se hizo realidad. “Pegarse” un viaje a los 20 y tantos con amigos, definitivamente no es lo mismo que hacerlo con la familia o en la infancia.
Todo era hilarante, magnífico, constante y lleno de color. En primera instancia decidimos pasar por otros dos sitios del continente antes de disfrutar del piso brasileño en pleno de una celebración transmitida a nivel mundial. Esta aventura nos trajo mucho conocimiento, distracción, recreación de vista entre paisajes y personas, además de una extensa lista de alternativas de panoramas.
Cuando es febrero, Brasil se transforma en sede de un evento espectacular regido por un montón de blocos en cada rua (calle) de la ciudad. Los blocos son “puntos de encuentro” repletos de danza, música, comida, tragos de la zona, entre un montón de otras actividades. Carrete 24/7 durante semanas y desde el amanecer. Fiestón que termina en el Estadio Maracaná con un desfile inolvidable.
Dentro de todo lo que conocimos no se pueden perder el tour en subida al Cristo Redentor (un paseo obligatorio si pasas por la ciudad). Luego de eso no está mal bajar a la Praia de Copacabana para seguir la ruta a Ipanema y Leblon.
Nosotros nos quedamos en el sector de “Laranjeiras” (o naranjitas en buen castellano), el lugar quedaba muy cerca de la entrada al cristo y fuera del departamento había un paradero de buses que nos llevaba donde quisiéramos. El sector, para que se hagan una idea era una ambientación muy parecida a Providencia.
Un lugar imperdible también es la Escalera de Selarón en Santa Teresa (¿sabían que la decoración de esa escalera la hizo un chileno?, Jorge Selarón. Luego de visitar esa bella escalera con aires porteños por sus cerámicas hay que pasar por Lapa, (donde estaba el carrete más distorsionado que he visto en mi vida, y con razón. Lapa es un reconocido punto de encuentro nocturno). Conocimos unos arquitectos franceses cuando anduvimos por Ihla Grande que nos contaban que su primera parada por Río fue en “Los Arcos de Lapa”, una construcción muy connotada en el exterior y realmente lo es, son unos arcos gigantes que simbolizan el abastecimiento de agua en la ciudad.
En Río hay un montón de bares entretenidos donde pasar a comer algo y tomar cervezas muy ricas, además de las connotadas caipiriñas. Igual cabe recalcar que la diversión depende de uno y de cuántos rastros de pie quiera dejar en la calle conociendo esta hermosa ciudad.
Lo que sí hay que tener presente es el cuidado que hay que tener con las favelas (Río las tiene en casi todos sus alrededores, incluso en los sectores que se ven más protegidos, como Leblon por ejemplo) y la playa de noche, no faltan quienes quieren aprovecharse. Por eso es importante que si es primera vez que te vas fuera del país, intentes estar con tu gente por las noches.