Chiloé es uno de esos rincones de Chile y Sudamérica que, sea por su magia, por su naturaleza o por la calidez de su gente, es inolvidable e imprescindible. A pesar de que hoy existan mayores recursos, o que la distancia ya no sea la misma, Chiloé aún conserva su imagen intacta, con sus tradiciones centenarias, su gastronomía típica y su belleza natural indeleble.
Para llegar, sea tomando un avión que nos deje en Puerto Montt, luego tomar el ferry y cruzar a la isla; o bien en un bus que viaje por toda la carretera, la magia está en desprenderse del continente y llegar por el ferry cruzando el Chacao. Mochileando, es incluso más fácil, ya que a veces el cobro es mínimo e incluso gratis, puesto que es un transporte especial para camiones y autos que se trasladan diariamente. Chiloé está dentro de las mejores rutas patrimoniales de Chile, y sin duda acampando es como mejor se puede vivir. Por otro lado, Chiloé es uno de los más accesibles mochileos, por su precio, resguardo, seguridad y magia de la zona.
Ancud y Ahui
Ancud es la primera parada, un pueblo pintoresco que tiene mayor acceso al continente por su cercanía. Una comuna rodeada de mar con fuertes preciosos con vistas al océano, nos permiten ir a unos 20 kilómetros más allá a Ahui, uno de los fuertes más importantes de la zona, construido en el siglo XVIII. El traslado es a dedo, y si no se puede en bus. Ahorren!! Cerca de Ahui está una de las playas más escondidas y preciosas de Chiloé.
Castro y Mechuque
En Castro, capital de Chiloé, ahora veremos incluso un mall. Sin embargo, eso no quita nada de la magia que se desprenden de las tremendas iglesias construidas y de los palafitos que bordean la costa. Lo ideal es dormir en uno de estos palafitos, o sino, existen zonas de camping. A partir de Chiloé, tomar un ferry a una de las islas más sorprendentes: Mechuque. Es una isla muy pequeña, con una ínfima cantidad de habitantes y puentes que la unen. Es una isla ventosa, donde lo aconsejable es ir bien abrigado, con mucha humedad. Es una de las islas más mágicas de Chiloé. 100% recomendable.
Curaco de Vélez
Curaco, Achao y Quinchao es una de las islas más grandes que dependen de Chiloé. Lo más sorprendente de estos pueblos es la interesantísima arquitectura de sus iglesias, sobre todo la monumental, fenomenal y grandiosa iglesia de Quinchao, que lamentablemente no puede visitarse por dentro. Pero que por fuera es un monumento en la soledad de la isla.
Quellón
Donde termina la carretera panamericana que se inicia en el norte de América, es un hito llegar al km.0. Quellón ptiene mucho atractivo turístico, como su gastronomía, los curantos y la posibilidad de ver mingas.
Parques Nacionales
Los parques como el Tantauco, el Chiloé y Cucao son la reserva chilota que incluye la mitología propia de la isla. Son baratos, algunos tienen senderos, y es sorprendente la magia de cada lugar, sobre todo en Cucao, cerca de las fiestas de la luna en febrero, hay zonas de campings habilitadas con todo lo necesario, como también algunas cabañas.