El camino para llegar hasta Churín no estaba en muy buen estado, peor aún, el conductor del furgón que me llevó hasta acá hizo carreras con los demás vehículos durante todo el trayecto. El momento en el que sentí mayor temor fue cuando dijo que los adelantaría a todos en una curva conocida como “El balcón del diablo”. Pero apenas llegué a esta pequeña localidad, ubicada a unas 5 horas de Lima, en plena sierra peruana, me di cuenta de que el sacrificio había valido la pena… es un lugar sinceramente fascinante.
Aquí podrás disfrutar de una gran variedad de centros termales, cuyas aguas provenientes de las profundidades de la tierra tienen temperaturas por sobre los 35 grados. Dicen que hasta tienen propiedades medicinales. El clima es agradable y su gente es muy atenta, todo esto en medio de paisajes espectaculares y cordilleranos. La imagen la tomé en febrero del 2014. ¡Un destino que definitivamente debes considerar en tu próximo viaje al Perú!