Una importante relevancia histórica tiene la ciudad universitaria de Oxford en Inglaterra. Y es que entre sus principales atractivos turísticos no sólo radican los relacionados con el imaginario colectivo de unas cuantas películas que el séptimo arte ha plasmado, sino también –y a partir de los cuales el cine lo ha aprovechado como lugar para diferentes locaciones- se encuentran importantes edificios públicos como la Biblioteca Bodleiana, la Cámara Radcliffe, el Teatro Sheldonian, el Castillo de Oxford, el Museo Ashmolean y la University Church of St. Mary the Virgin.
Su arquitectura, propia del siglo XII, permite reconstruir en la actualidad la sensación de estar viviendo en la época medieval. Entre los principales atractivos de este lugar se encuentran los edificios de la Universidad de Oxford, el primer museo público del mundo (Ashmolean), locales de conciertos, panoramas culturales, bares y cafés; mezcla que se produce porque es una ciudad con una alta densidad de población joven y constante deambular turístico. Y lo mejor es que el casco histórico se puede recorrer caminando.
Volviendo al cine
Uno de los lugares que no dudamos en visitar cuando fuimos a Oxford, fue el Christ Church College. Entramos y como todos los viajeros presentes hicimos la fila para conocer al comedor en el que se basó la réplica perfecta del estudio donde se grabó “el gran comedor de Hogwarts”.
Sí, idiotamente nos sentíamos estando en la escuela de Harry Potter. Es que era inevitable, hasta el menos fanático, pero que ha visto la película, se sacaba la foto en el hall de entrada, donde estaba la escalera en que los alumnos eran recibidos y en el comedor original.
Cabe destacar que la saga inglesa no ha sido la única en usar las paredes de Oxford como locación cinematográfica. El secreto de la pirámide (1985), La guerra del opio (1997), El Santo (1997), La brújula dorada (2008) y Los crímenes de Oxford (2008), también plasmaron sus historias audiovisuales en la ciudad universitaria.