Siempre pensé que este viaje era muy, muy caro. Siempre que miraba las revistas de viajes o los programas de televisión, veía muchos extranjeros viviendo experiencias de lujo. Así las cosas, empecé a organizar un viaje junto a mi mamá, tratando de no gastar mucho, pero sin dejar de conocer lo indispensable.
Viajamos las últimas semanas de febrero a Punta Arenas, cuando el tiempo está mejor y en teoría no llueve tanto. Lo primero que hay que considerar es llevar un buen cortaviento, porque la ropa abrigada de lana no sirve de nada. El viento atraviesa las fibras y se siente un frío terrible. En la misma Zona Franca de Punta Arenas es posible encontrar algunos a muy buen precio. Se puede llegar sin problemas en transporte público, como colectivos, desde el centro de la ciudad.
Punta Arenas es una ciudad hermosa, que vale mucho la pena visitar. Desde ahí se pueden hacer excursiones por el día a visitar las pingüineras de Isla Magdalena, el Fuerte Bulnes (una réplica del fuerte construido ahí en 1843) y el Puerto de Hambre. La entrada a este parque cuesta $8.000 para adultos chilenos, y $4.000 para los niños, precios que están incluidos en los tours que salen desde la ciudad.
En Punta Arenas es posible alojar a muy buen precio, en mi caso fue la Hostal Keoken, que queda a unos 10 o 15 minutos del centro y al lado del Cementerio de Punta Arenas, un lugar muy bonito y muy buen cuidado, donde es posible conocer algo más de la historia de Magallanes y sus primeros colonos.
Otro destino obligado es Puerto Natales, donde se llega en bus (salidas diarias, 3 horas de duración y alrededor de $10.000 por persona). Es la puerta de entrada a las Torres del Paine y es un lugar maravilloso. La vista a las montañas y toda la naturaleza que lo rodea, lo convierten en un imperdible. Desde ahí es posible tomar excursiones por el día a las Torres del Paine ($25.000 p/p áprox), Glaciar Perito Moreno ($45.000 p/p áprox).En mi caso, tomé el full day a Torres del Paine, para conocer el parque de manera general, y un par de días después regresé (en bus, salidas desde las 07:00) para subir a la base de las Torres del Paine: un circuito agotador pero que, si está despejado, ofrece una vista alucinante de las Torres y la laguna. Aquí hay alojamiento para todos los bolsillos. Yo me quedé en la Hostal Coloane ($30.000 por habitación, 2 personas, por noche, áprox), aunque también hay hoteles de lujo que ofrecen programas de distinta duración, que incluyen paseos a caballo, caminatas, recorridos por los parques, glaciares, etc.
La mejor época del año para viajar es la última quincena de febrero y primera de marzo. Con suerte, tocan días despejados y cálidos, pero la ropa adecuada (y el calzado, sobre todo, si subes a la base de las Torres) ayuda bastante a vivir una buena experiencia.