Viajar a Europa era un sueño que tenía desde chica y hace poco lo pude cumplir. Sin embargo, tenía 26 días y, como no había ido antes, quería conocer lo más posible. Con este objetivo en mente, decidimos arrendar un auto y comenzar la aventura. Lo primero que hay que saber es que arrendar un auto en Europa es una excelente alternativa. El arriendo es muy barato (desde $15.000 diarios) y conviene para llegar donde no llegan los tours, además te da mucha autonomía y evitas perder tiempo trasladándote desde los aeropuertos o las estaciones de tren a tu hotel. Además, para arrendar un auto sólo es necesaria la licencia nacional al día. En mi caso, compré también la licencia internacional (Automóvil Club, $39.990), pero no me la pidieron nunca.
La bencina en Europa es más cara que en Chile. Lo ideal es arrendar un auto diesel, ya que es la opción más conveniente. Los autos son más económicos y el diesel es más barato. En las carreteras hay información sobre el precio de las bencineras de los próximos kilómetros, así que siempre conviene echarles una mirada ya que varían mucho entre una y otra. ¡Siempre hay que tener el estanque con bencina! Un día nos tocó un taco terrible, de cerca de 4 horas, que dejó muchos autos tirados en la carretera, sin bencina.
Las carreteras, en general, son súper buenas. La Unión Europea tiene un sistema integrado de peajes, por lo que no tuvimos problemas al ir de un país a otro. El peaje funciona de una manera muy práctica: sin importar dónde comencemos el viaje, el primer peaje entrega un ticket que marca el inicio de la ruta. En el siguiente peaje se inserta el ticket y se paga según los kilómetros recorridos. En los peajes se puede pagar en efectivo y con tarjeta, pero son peajes separados. También hay unos habilitados exclusivamente para telepass, por lo que hay que prestar atención para no equivocarse. En general las plazas de peaje son súper amplias y puedes elegir según el medio de pago. Si el efectivo es escaso, conviene pagar con tarjeta de crédito, ya que hay tramos que pueden costar hasta 20 euros.
Al arrendar un auto hay que leer con atención las cláusulas. En nuestro caso, al arrendarlo en Francia, había que devolverlo en el mismo país, aunque en cualquier agencia. Dejarlo, por ejemplo, en Italia, aunque fuera en la misma agencia, nos significaba unos 1.000 euros extra, sólo por el traslado del auto al país de origen. Lo mismo con el contrato, hay que leerlo porque en él se especifican los países que están cubiertos por el seguro (y los que no). Si se arrienda por una cantidad de días determinada y luego se decide extender el viaje, hay que renovar el contrato en cualquier agencia para que el seguro cubra los días restantes, en un trámite muy rápido.
Aunque parezca extraño, al cruzar las fronteras, de inmediato se puede descubrir cómo son los conductores. En Francia, en general, son muy respetuosos de la velocidad máxima. En Italia, muchos tramos de la carretera no tiene límite de velocidad, por lo que hay que abstenerse de usar la pista izquierda, a menos que realmente estemos adelantando (y rápido).
Hay baños públicos, restaurantes y bencineras a lo largo de toda la carretera y separados por pocos kilómetros. Muchos de estos lugares tienen mesas en el exterior para comer y descansar. Para hospedarse, la cadena Ibis tiene hoteles en muchas de las grandes ciudades, algo alejados del centro, pero con estacionamiento. En el sur de Francia y en las ciudades de Italia que recorrí, había gran cantidad de estacionamientos pagados y gratuitos, muchos de ellos con parquímetro.
¡Ah! Y para no perderse, lo mejor es llevar un GPS o bien cargar la aplicación en el celular y comprar los mapas completos de los países donde estarás. Además de eso, llevar un cargador de batería para el teléfono o bien un cable para cargarlo en el auto, es muy útil para no quedarse sin GPS.Y si sus teléfonos están desbloqueados, lo mejor es comprar una tarjeta SIM (los precios varían entre los 2 y 20 euros, con internet) para poder reservar hoteles, buscar lugares para comer, entre otras cosas. Es muy útil.