Salir de viaje con amigos puede resultar una experiencia increíble si concuerdan con las líneas generales de lo que se tratará el recorrido elegido. En mi caso, siempre ha sido súper satisfactorio, ya que intento viajar con amigos que quieren lo mismo que yo del viaje, lo cual es súper importante, ya que si a uno le interesan los museos y al otro los espacios al aire libre, habrá un problema.
Como me gusta tener eso en mente siempre antes de emprender un viaje con amigos, para ir al sur a hacer trekking tenía que ir con personas que fueran apañadoras y que no tuvieran problemas con meterse en la naturaleza por días estando desconectados. Es así entonces como fuimos a la Reserva Nacional Cerro Castillo, en la Región de Aysén.
Esta reserva está ubicada a 75 kilómetros de Coyhaique y tiene un circuito de 45 kilómetros aproximadamente, el cual se recorre en 3, 4 días, dependiendo de la intensidad de cada uno y de si deciden hacer todos los senderos.
En la entrada a la Reserva uno debe cancelar 5000 pesos por persona, en donde te dan un mapa y algunas recomendaciones para hacer el trekking, entre las que se encuentra comenzar muy temprano en la mañana, estar con equipamento adecuado (como los bastones) y tener aún más cuidado cuando hay vientos fuertes, ya que hay bajadas pronunciadas que pueden significar riesgo.
Hay alrededor de 3 campings oficiales y uno natural, por lo que es indispensable hacer recorridos hasta llegar a ellos en el día, si no cae la noche y no tienes donde dormir. Nosotros éramos 4 y teníamos la carpa, la cocina, la comida y nuestra ropa, lo que hace tener una mochila súper pesada. Es importante que para hacer trekking sepas armar tu mochila, distribuyendo bien el peso.
El primer día fue súper agotador, y el cansancio psicológico es, a veces, aún más fuerte que el físico, por lo que ahí el apoyo de los amigos y las palabras de aliento son las que te hacen seguir adelante. Fui la única mujer del grupo, acompañada de 3 hombres que siempre se preocuparon que estuviera bien.
Creo que lo más importante fue que cada uno iba a su ritmo. Cuando viajas con amigos es importante esta parte, ya que si deciden ir al mismo ritmo, los más rápido comienzan a aburrirse si van más lento y viceversa, generando un cansancio innecesario. Encontrarse en algún punto para hidratarse, comentar cómo va el trekking es mejor que ir todo el tiempo juntos, ya que el camino es agotador y el hablar te quita aire.
Una vez que terminamos el circuito la satisfacción personal enorme, ya que es súper intenso, pero la verdad es que la compañía y el hecho de haberlo logrado te llena de orgullo.
El circuito termina a los pies de Villa Cerro Castillo, un pueblo que tiene alrededor de 450 habitantes, de los cuales puedo decir que son súper gentiles, amables y atentos, con los cuales se puede establecer una conversación muy rica y agradable.
Nos quedamos en un camping que quedaba al final del pueblo y nos quedamos una noche más ahí para disfrutar de la naturaleza y el aire puro. Desde todo el pueblo se pueden ver las imponentes montañas de la Reserva y no podíamos creer que días atrás habíamos estado en lo alto.