Porto es la segunda ciudad más grande de Portugal, la primera es Lisboa, su capital. Conocida ampliamente por su vino, aunque la mayoría de ellos tienen nombres ingleses debido al origen británico de los primeros productores de esta bebida.
Una ruta ideal para acceder a Porto es llegar en tren hasta Vila Nova de Gaia, una ciudad que se encuentra al frente; y así vivir la experiencia de bajar por la Av. Da República y luego conectar con alguna de las estrechas calles y encontrarse repentinamente con Porto en pleno: sus techos naranja, el río Douro y los escudos de las bodegas de vino, además del puente Luís I, construido por Théophile Seyrig, ex socio de Gustave Eiffel (Si se acerca a sus bases verá las similitudes entre esta estructura y la Torre Eiffel en París). El paisaje que le da la bienvenida a Porto será capaz de quitarle el aliento.
Si lo que busca es probar su vino en alguna de las bodegas, podrá participar en las visitas guiadas en las que conocerá la historia y los procesos de producción de las diferentes variedades: blanco, tawny o ruby. Si por el contrario prefiere recorrer la ciudad, igualmente podrá degustar – al final de su paseo – de un buen vino en alguno de los bares que se encuentran a la orilla del río, y quizá acompañarlo con una francesinha o unos rissois.
En el recorrido por sus calles podrá encontrar hermosos e históricos edificios como el Palacio de la Bolsa o la Torre de los Clérigos, los que destacan por su tamaño y belleza. Una fachada que deja entrever historia e invita a entrar en ella es la de la librería Lello y Hermano, la cual fue catalogada por el periódico inglés The Guardian como la tercera más bella del mundo. Sus bibliotecas de madera y su maravillosa escalera cubierta por una alfombra roja lo llevarán en un viaje al pasado o a una película de Harry Potter.
Si busca buena comida, bebida y un sinfín de oportunidades para hermosas fotografías, Porto es un destino a visitar.