Dicen que es la tierra de los duendes. Villa Pehuenia-Moquehue, es una localidad distante a 11 Kilómetros de Chile, en plena patagonia. Rodeada de hermosos lagos y lagunas, ha sido paraíso escondido de muchos que buscan relajarse y desconectarse del mundo, rodeados de un paisaje paradisíaco.
Aprovechando el cambio de moneda a nuestro favor, y con 50 mil pesos en los bolsillos, con cuatro amigos más nos decidimos a ir mochileando hasta Argentina, primero pasando por la localidad chilena de Melipeuco, luego bordeando el bello lago Icalma, para luego pasar por la Aduana de mismo nombre. Ahí, en un supermercado aprovechamos de cambiar unos billetes, para llegar con algo de cambio argentino a la zona.
Con la suerte de nuestro lado, alrededor de las 12 del día una camioneta conducida por simpático argentino nos llevó hacia nuestro destino, se dedicó incluso a parar en los miradores cercanos para que pudiéramos tomarnos fotos y admirar el paisaje. En la Aduana Argentina, el trámite fue relativamente rápido, revisar un poco las mochilas, conversar acerca de nuestra posible estadía y los lugares que pensábamos visitar. Luego de eso, seguimos a pie nuestra travesía, alrededor de 4 kilómetros, con las mochilas pesadísimas y el sol de lleno en nuestras cabezas (jamás olviden un buen jockey o sombrero y el bloqueador factor 50).
En Villa Pehuenia hay sitios de camping estatales y privados, ese día, apurados por llegar a destino y sacarnos las mochilas, decidimos quedarnos en el primero que divisamos, se trata de Lagrimitas, uno de los más visitados (y con un precio un tanto más elevado, alrededor de 25 mil pesos por noche para hasta 5 personas, al final lo mismo que nos salió quedarnos en camping en Parques Nacionales chilenos).
Lagrimitas, cuenta con duchas de agua caliente de 9 a 11 de la mañana y de 6 a 8 de la tarde, (agua realmente calentita, un agrado), otro plus es que los baños están aseados continuamente, además cuenta con un comedor grande y techado (que en esa fecha, principios de marzo ya estaba cerrado) y un hermoso bosque de araucarias, donde andan libremente toda clase de pajaritos. El camping bordea una parte del lago Aluminé, y arrienda kayaks y botes para recorrer la zona. Además, te dejan acampar en cualquier zona del camping, por lo que escogimos una ubicación bien cercana al lago, bajo una gran araucaria cobijándonos.
Luego de haber instalado nuestras cosas nos dispusimos a recorrer, así fuimos al restaurante La Estación de la Montaña a comer todas las noches, el local, recreado en un vagón de tren, está lleno de carteles antiguos y fotografías de época. Su dueño, muy simpático, se sentó a compartir con nosotros y nos contó sus historias.
Su carta variada y especialidad en pizzas nos dejó cautivados por siempre. Por alrededor de $4.500 pesos chilenos podías acceder a esta hermosura donde podían comer hasta tres personas. Lo mejor es que podías combinarlas y acompañarlas con una Quilmes bien fría.
Los helados artesanales también son característicos de este local, y tienen nombres propios de la zona. Por $1.200 pesos chilenos puedes probar uno de dos sabores.
Otro de los datos importantes de Villa Pehuenia es que según la mitología popular es una zona de duendes, por lo que la mayoría de souvenirs tienen que ver con casitas, monedas, y éstos duendes de larga barba y cabellos de colores, que adornan el lugar. Lamentablemente la Aduana chilena es bien estricta en cuanto a las cosas que se pueden traer desde el extranjero, por lo que cualquier cosa elaborada en madera, plumas o semillas está prohibido, al igual que carne o comida envasada al vacío.
Al atardecer podemos observar algo hermoso, desde nuestro camping. El sol ocultándose en el horizonte de las montañas a diferencia de nuestro país, donde se aprecia en el mar.
¿Y tú qué esperas para conocer Villa Pehuenia?