Mi experiencia recorriendo el Monte Saint Michel

Nicole Campos Jan 3, 2016

Uno de los destinos imperdibles si estás en Francia es el Monte Saint Michel, ubicado a 360 kilómetros de Paris. Construido en el año 708 por San Auberto, obispo de Avranches quién, según cuenta la leyenda, una noche recibió la visita del Arcángel San Miguel, pidiéndole que levantara en aquel monte una abadía en su honor. Luego de su construcción, los fieles se fueron establecieron alrededor, constituyendo una pequeña ciudadela.

Dos veces al día el mar se adentra, dejando al islote conectado a la tierra únicamente por una carretera. Tal es la rapidez con la que sube la marea, que los lugareños dicen que el agua podría atrapar fácilmente a un caballo al galope. Por esta razón, las campanas del monte avisan con suficiente anticipación cada crecida del mar.

Para llegar al lugar hay múltiples tour que ofrecen traslado desde París y una visita guiada, yo preferí hacerlo de forma independiente, abordando un tren desde la Estación Montparnasse hacia Saint Malo. Luego mi intención era abordar otro tren hasta Saint Michel, sin embargo al llegar a Saint Malo, a eso de las 10 AM, me informaron que el próximo tren partía a las 18 horas y que ya no habían buses que hicieran el trayecto. Como yo tenía presupuestado devolverme el mismo día, hablé con un taxista afuera de la estación, que me cobró 60 euros por llevarme al Monte Saint Michel y luego traerme a la estación nuevamente. El viaje en total, desde Paris, duró 3 horas 40 minutos: 3 horas en tren y 40 minutos en taxi.

Una vez en el lugar, recorrí la ciudadela constituida por restaurantes, hoteles y tiendas de recuerdos, ahí también se encuentra la iglesia de San Pedro, un lugar muy pequeñito situado al lado de un cementerio. Este trayecto es gratis, sin embargo para llegar a lo más alto del Monte (la abadía) hay que pagar 9 euros. También encontrarás otros museos dentro: Museo del mar y de la Ecología, Arqueoscopio y el Museo Histórico.

Si tienes poco tiempo ¡no te preocupes! Una tarde es suficiente para recorrerlo entero. Sin duda, que vale la pena disfrutar de esta ciudad perdida en el tiempo ¡Buen viaje!