Además del Barrio Rojo, clubes nocturnos y Coffee Shops, Amsterdam tiene una enorme variedad de parques y rutas por las cuales salir a caminar, o como a ellos les encanta, andar en bicicleta. Uno de ellos es el Oosterpark, que en otoño se transforma. Sus grandes árboles cambian del usual verde, a una paleta de radiantes tonos rojos, cafés y amarillos, que a ratos te hacen sentir estar caminando dentro de una pintura.
El parque está ubicado en el centro de la ciudad, a un par de cuadras del centro histórico. Y es el lugar ideal para hacer una pausa luego de una larga caminata, sentarse a comer sus famosas papas fritas con salsa holandesa y descansar un poco de los turistas y el bullicio. Como toda la ciudad, el parque también es atravesado por un par de canales donde nadan varios tipos de patos y otras hermosas aves acuáticas.