Corría el año 2012 y mientras me encontraba en mi trabajo de cubículo, se presentó la oportunidad de ser parte de un equipo de trabajo en el país de Escocia. Éste se realizaría además al aire libre por lo que entre el encierro y la libertad de estar en el exterior, no dudé por un instante en aceptar la oferta de visitar el país de los castillos.
A pesar de esta ventaja laboral, mi verdadera razón era la posibilidad de viajar y lo que esto implica: conocer nuevos espacios y en definitiva poder ampliar mi visión y experiencia.
La salida fue en el mes de septiembre, mes en que el hemisferio norte se despide del verano y comienza a prepararse para recibir al otoño. Escocia es un país que forma parte del Reino Unido (junto con Inglaterra e Irlanda del Norte), es relativamente pequeño en cuanto a superficie y una población menor a un tercio de la chilena.
La duración del viaje sería de tres meses, el plan era destinar los días de lunes a viernes a trabajar y los fines de semana visitar alguna ciudad o lugar turístico.
Me quedé durante ese tiempo en una casa en un lugar llamado Glenfinnan, una villa con aproximadamente diez casas y una pequeña estación de trenes. A pesar de que existen ciudades de mediano y gran tamaño, lo que más podía apreciarse especialmente cuando se viajaba por carretera, era este tipo de villas; una agrupación con bajo número de casas y una estación de trenes. Esto contradecía la percepción urbanística que tenía del país.
Vista de Glenfinnan
Junto a "mi" villa se encontraba un memorial pero literalmente al frente tenía otra atracción mucho más reconocida: el Viaducto de Glenfinnan, mostrado en varias películas de la saga de "Harry Potter", por el cual circula el tren.
Viaducto de Glenfinnan
A menos de 20 kilómetros se encontraba la ciudad de Fort William, una ciudad pequeña pero con las suficientes comodidades para despejarse un rato y poder hacer las compras de la semana.
Como medio de transporte para desplazarte entre ciudades tienes la posibilidad de viajar en automóvil o bus por carretera, o hacerlo por tren. En el primer caso, debes considerar que la mayor parte de la carretera es de vía simple, existen pequeños tramos donde hay doble pista pero es lo menor. Un factor importante a tener en cuenta es lo extremadamente angosto de las pistas, no era extraño ver vehículos con el espejo lateral dañado a causa de tener que pasar muy cerca unos de otros. La segunda opción es mucho más panorámica ya que puedes recorrer el interior de los paisajes escoceses. Para que puedas hacerte una idea del valor del ticket de tren, entre Glenfinnan y Fort William el costo era de aproximadamente 5 libras esterlinas, alrededor de tres mil pesos chilenos.
Estación de trenes de Glenfinnan
En mi primer fin de semana tomé el tren y viajé hacia Mallaig, ubicado a orillas del mar. Donde se podía encontrar principalmente lugares para comer y beber, también muchos senderos para hacer caminata.
Costanera de Mallaig
Al día siguiente visité el castillo de Eilean Donan, uno de los más pequeños pero el más atractivo a mi gusto. Es reconocido por haber sido lugar de grabación de películas como "Highlander" y la más actual "Quiero Robarme a la Novia". Cuenta con una tienda de recuerdos y una cafetería.
Castillo de Eilean Donan
La siguiente parada fue la capital de Escocia, la ciudad de Edinburgo. Además de una arquitectura muy prominente tiene mucha actividad comercial, principalmente objetos típicos para recuerdo y muchos lugares para comer y beber, también cuenta con un castillo de gran tamaño abierto para visitantes donde continuamente se realizan presentaciones y recreaciones de eventos históricos.
Entrada a castillo de Edinburgo
Posterior a esto, visité la ciudad de Stirling que cuenta con dos principales atractivos, por supuesto un castillo y al otro lado de la ciudad se encontraba una torre de gran altura; el monumento a William Wallace, luego de subir más de 100 peldaños llegas a una habitación que guarda muchos objetos y referencias del soldado, sin duda la que más llama la atención es su espada de más de 1.60 metros de longitud.
Interior del castillo de Stirling
Para terminar, pude conocer la ciudad de Inverness, una ciudad con mucha vida y actividad comercial. Sin embargo, lo más llamativo es un lugar llamado Loch Ness o más conocido como Lago Ness, donde supuestamente habita una criatura acuática legendaria conocida como Nessie. También hay museos y lugares de venta de recuerdos del mismo Nessie como de clanes familiares escoceses.
Centro y exhibición de Lago Ness
Como extra y para finalizar este recorrido, junto con mis compañeros decidimos conocer parte de Inglaterra así que compramos pasajes en bus desde la ciudad de Glasgow hasta Londres, el viaje tomó aproximadamente 8 horas y valió totalmente la pena.
¿Qué cosas debo tener en cuenta al visitar Escocia?
Como mencionaba, una de las cosas que me llamó la atención fue la orientación más rural que urbana, una gran cantidad de pequeñas villas, con un bajo número de casas, que podían encontrarse mientras se viajaba por carretera. Algo que se mantenía en el comercio, no existen grandes cadenas de multitiendas sino que dominan las tiendas por rubro; está la tienda de alfombras, la tienda de electrodomésticos, la tienda de música, etc. El costo de vida es algo elevado, los alimentos y artículos de uso diario puden costar fácilmente el doble que en Chile, el arriendo mensual de una casa con dos dormitorios y un baño puede costar fácilmente mil libras esterlinas (alrededor de 750.000 pesos chilenos). Lo único más barato eran los productos tecnológicos, los cuales podían encontrarse a mitad de precio en comparación a Chile.
Comer es una parte importante de la vida escocesa, el plato típico es el Fish & Chips o pescado con papas fritas el que puede encontrarse en venta en prácticamente cada cuadra de la ciudad. Pero aún más importante y parte de la cultura es la bebida originaria de Escocia: el whisky. El "carrete" comenzaba aproximadamente a las 5 de la tarde y ya a las 11 de la noche terminaba, los locales de bohemia eran muy heterogéneos en todo sentido: se vendía comida, habían barras para consumir alcohol, televisores con encuentros deportivos y el público abarcaba desde niños hasta adultos mayores, todos en el mismo lugar (por supuesto no se vendía alcohol a los menores de edad).
La gente es en general extremadamente cordial y atenta, la gran mayoría al saber que eres extranjero intentará hablarte en inglés con acento americano porque el inglés nativo de escocia es bastante difícil de entender. Para finalizar, es recomendable no hacer ninguna referencia al país vecino (Inglaterra) cuando converses con algún escocés, es aún un tema muy sensible.