Me fui por tres meses de intercambio Alemania, desde noviembre a febrero de este año. Cuando escuchas sobre Alemania, lo primero que imaginas es Berlín o Hamburg, pero nunca lo relacionas con los pequeños pueblos que existen en el país. Emmendingen es un pueblo pequeño, donde rápidamente te reconocen después de estar ahí un tiempo. Un pueblo en el sur, cerca de Freiburg. A pie puedes recorrer las partes más importantes.
Yo llegué justo en la previa de Navidad. El centro del pueblo estaba adornado con diferentes mercados navideños que vendían objetos y comidas. Instalaron una pista de hielo, mientras lo niños patinaban, los padres bebían Glühwein (vino caliente). Una bebida que debes probar.
Si eres estudiante puedes comprar un pase por unos 30 euros. Este pase dura exactamente un mes y basta con que lo muestres en los buses para que puedas pasar. El recorrido puede terminar dentro de Emmendingen o también en Freiburg.
El cementerio del pueblo se encuetra bajo la línea del tren. Queda justo al frente de unas lindas casas, por lo que sorprenden encontrarlo a la mitad del camino en tre las csas y el centro del pueblo. No es necesario entrar, las rejas bajas dejan a la vista todo el lugar.
Taome Feng Shui Stadthotel Breisgau es una buena opción para quedarse según las personas con las que hablé. Está a 700 metros de la estación de tren y queda relativamente cerca del Europa-Park. Si tienes alma de niño, es un lugar que debes visitar y es casi un premio de consuelo comparado con Disney. El ticket cuesta al rededor de 50 euros y puedes estar ahí durante todo el día. Sin embargo, yo fui en invierno y muchos de los juegos con agua estaban cerrados.
Cuando yo viajé, alojé en la casa de una familia alemana. Viví las festividades con ellos y no lo celebran tan diferente de nosotros. La frialdad con la que suelen tachar a los alemanes es diferente en el sur. Cuando caminas por las calles y hables español, inmediatamente te pregunta de dónde eres y por qué andas ahí. La gente es curiosa en todas partes del mundo y en ningún momento me sentí incómoda cuando me escuchaban hablar y me preguntaban de dónde era.