Después de un largo vuelo de 8 horas entre Singapore y Sydney un pasajero declara su odio al pasajero que hizo de este viaje una jornada inaguantable.
¿Te ha pasado? Te dejamos la carta interpretada al español, si quieres leer su versión original revisa acá.
Querido Pasajero del 15A
Viaja decían ellos, será divertido... decían.
Querido Pasajero del 15A
Tú no me conoces pero yo estaba sentado en el asiento frente a ti durante el vuelo desde Singapore a Sydney
Lo que pensé que sería un viaje de rutina se convirtió en una experiencia que solamente se vive una vez en la vida – y todo gracias a ti
Estoy escribiendo esta carta para agradecerte personalmente.
Siendo el
tacañoasiático que soy, no pagué extra por el asiento de la salida de emergencia.Ya que a pesar de que ofrece más espacio para mis piernas, no quería preocuparme de leer las instrucciones de seguridad. Lo último que quiero es comprometer las vidas de todos esos inocentes pasajeros simplemente porque no sabré como abrir una puerta.
A pesar de mi asiento económico, tú me ofreciste un masaje complete de espalda pateando repetidamente mi asiento. Hasta hoy no he podido recuperar la movilidad completa de la parte baja de mi cuerpo, pero ya que soy solter@, supongo que no tengo mucho para que usarla.
No pagué por el entretemiento en vuelo, y estaba preocupado de estar aburrido pero mi preocupación era innecesaria. Estabas hablando tan fuerte, como si tu amig@ estuviese sentado en el área de cargo en vez de al lado tuyo.
Quizá ella no puede escuchar bien? Esto te parecerá extraño, pero por primera vez en mi vida desee tener problemas auditivos también.
Y, me podrías contar donde encontraste esos malditos snacks? Asumo que eran deliciosos, pues abrías uno de ellos cada 30 minutos.
Gracias por los crujientes y estridentes sonidos ambientales de tus masticadas.
En ese momento pensé: “Esto no puede ponerse mejor”. Sin embargo lo que pensé que era una pregunta retórica, tú lo tomaste como un desafío.
Pues, inmediatamente mi nariz fue atacada por un olor pútrido de muerte y descomposición.
El hedor fue tan fuerte que me fijé si la viejita sentada al lado mío estaba aún respirando.
Fue tan amable de tu parte que te sacaras tus zapatos y pusieras tus pies entre mi asiento y la ventanilla del avión. Sin duda tiene que haberte tomado un esfuerzo tremendo – era un espacio pequeño pero te pusiste tan cerca de mi nariz como pudiste.
Tu amabilidad me conmueve.
El sol está saliendo sobre el horizonte, el cielo sangra carmesí y dorado. Pero no puedo girarme y observar esta maravilla de cada día porque cada vez que lo hago, huelo el ano de Satán.
Estuve a punto de sacar la máscara de oxígeno. Pero después recordé que estaba volando en una aerolínea de bajo costo, y probablemente tendría que pagar extra por ello.
¿Sabías que me convertiste en una persona más religiosa?
Realicé más plegarias en ese vuelo de 8 horas que durante toda mi vida.
Le pedía a Dios que me diera la Fortaleza para soportar el resto del vuelo y
“SWEET GUAN YIN MA, LLEVAME A CASA!”
Esta experiencia ha sido tan memorable que estoy escribiendo esto en la oficina de mi terapista. Además he tomado hora para 10 sesiones más para hablar de esto.
Gracias nuevamente,
El pasajero 14A
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Imagen CC Matthew Hurst