Cuando pensamos en Bariloche se nos viene a la mente chocolaterías, cerros nevados, paseos familiares, rica gastronomía y playas. Bueno Bariloche es eso y mucho más, ya que sus hermosos paisajes, sus pintorescas calles, y la buena onda de sus residentes nos harán amar esta pequeña ciudad.
La primera vez que fui a Bariloche tenía como 15 años y no conocía ninguna otra ciudad argentina, entonces me gustó inmediatamente. Los almuerzos de pastas eran muy ricos y para qué hablar de las chocolaterías, tales como “Chocolates del Turista”, “Benroth”, Mamuschka”, “Rapa Nui”, “Tante Frida”, “Abuela Goye” tenían estantes y estantes llenos de cacao de diferentes formas, tipos y sabores, un manjar para el paladar. Además te enseñaban en las fábricas cómo se hacía el chocolate y todo el proceso de éste, lo que resulto muy interesante. Por la tarde podías patinar sobre hielo, tomar helados o simplemente pasear, en esa ciudad con aire puro, naturaleza a flor de piel y paisajes soñados.
Uno de los mayores atractivos que tiene Bariloche son sus cerros: Otto y Catedral, que anualmente recibe a más de 100.000 turistas de todo el mundo, quiénes vienen a esquiar y a disfrutar de todos los deportes de invierno que se pueden realizar en sus cerros.
El Catedral
Se llama así porque sus cumbres se parecen a las torres de un templo medieval, está a 1.030 metros de altura y es el centro de esquí más importante de Argentina y queda a 20 km de San Carlos de Bariloche. Mientras que el en cerro Otto, se puede practicar esquí nórdico o esquí de fondo, también se conoce como cross country.
Si no practicas ninguno de estos deportes, puedes subir de todas formas y pasear por los andariveles, donde verás toda la ciudad desde las alturas y quedarás maravillado por su belleza.
Lago Nahuel Huapi
Otro gran atractivo que tiene San Carlos de Bariloche y que lo verás inmediatamente es su gran lago Nahuel Huapi, en el qué podrás pasear y ver el contraste con sus paisajes verdes que lo envuelven. Si vas en verano y pese a que el agua es helada te podrás bañar en las playas Bonita y Serena y en los lagos Moreno y Gutiérrez, que rodean al gran Nahuel Huapi y te recibirán con tardes soleadas, aunque es ¡Sólo para valientes!
Al llegar la noche Bariloche no descansa, solo duerme en la hora de la siesta post almuerzo, que te obligará a hacer lo mismo, ya que todas las tiendas se encontrarán cerradas. Pero cuando comienza a anochecer podrás ir a pubs y a buenas discos, las que te recibirán con los brazos abiertos, para que pases una noche de “joda” inolvidable. Sus “boliches” tales como “La Cerebro”, “Grisu”, “Roket” y “By Pass” tienen tan buena fama, que es el lugar favorito de los jóvenes que vienen de giras de estudio de todas partes de Argentina y de Chile a disfrutar de esta divertida ciudad.
Y pese a que Bariloche no es una ciudad tan grande (en el 2010 según el Censo tenía 112.887 habitantes) tiene todo lo que uno necesita,en sus principales calles hay hoteles, hosteles, bungalows, casas de cambio, tiendas de ropa, casinos, chocolaterías y miles de tiendas de souvenirs que no te harán extrañar tu casa. Al terminar tu estadía en la ciudad no te darás ni cuenta como estarás usando una “remera” que diga que estuviste en Bariloche o tendrás una foto con algún perro “San Bernardo”, clásicos de este paraíso sureño.