Hace algún tiempo me encontraba en Las Vegas por trabajo, en un día libre decidí alejarme de los casinos y de los dobles de Elvis para conocer algo más real, así que decidí reservar un tour al Gran Cañón, en el estado vecino de Arizona. A las 6:30 de la mañana pasó un bus por mi hotel y allí arrancó la aventura. Lo primero que noté es que era la única persona que estaba viajando sola, todos iban al menos en pareja, excepto yo, lo que más adelante descubrí era casi un problema para los organizadores.
La primera parada fue en la frontera entre Nevada y Arizona, nos detuvimos en el Hoover Dam, una represa en el río Colorado. Segunda parada: el almuerzo. Normalmente los puestos en las mesas están distribuidos en números pares, pero ¿qué pasa cuando estás sola? Te unen a un grupo de 3 señoras canadienses, quienes – con suerte – fueron bastante simpáticas y me dieron la bienvenida a su mesa. Yo ya estoy acostumbrada a viajar sola, el 98% de las veces ha sido así, pues creo que aprendes mucho más sobre ti, te tomas el tiempo para hacer lo que quieras, ya sea instalarte 30 minutos frente a un cuadro o tomarte un día entero para tomar fotos; pero aparentemente no es lo más común, pues ese día terminé siendo una “valiente” para estas señoras, por atreverme a hacer un tour sola.
El siguiente inconveniente apareció en la famosa Ruta 66, es hora de la foto, ¿quién la toma? Pues el conductor del bus, quien además resulta ser tan amable que te toma tres, para asegurarse de que alguna va a funcionar. Luego la parada final, el Gran Cañón, una vista maravillosa y si logras alejarte de la multitud hasta puedes sentarte a pensar y disfrutar del sonido del viento, pero de nuevo ¿quién te toma la foto? Pues una selfie será, te sientes ridícula sonriendo ante una cámara que estás sosteniendo, pero lo logras después de 5 intentos y de decir: What the hell! ¿Cuándo vas a volver al Gran Cañón? Sonríe, somos yo, mi "valiente" alter ego y mi cámara.
Este es un viaje que repetiría, definitivamente el Gran Cañón es un sitio que se puede visitar en solitario – Las Vegas no – siempre y cuando no estés planeando hacer trekking o tomar alguno de los paseos en kayak, pues ahí, aunque tengas todas las ganas de hacerlo, siempre vas a necesitar al menos un acompañante.