Chile es un país muy largo que tiene mucho que ofrecer en el área turística debido a su forma geográfica. En el norte se puede apreciar el desierto, teniendo en una de sus regiones el desierto más árido del mundo, mientras que en el sur los paisajes rebosan de lagos y bosques.
Siendo chilena y todo antes de este año no conocía el sur de mi país. Pasaba vergüenza cuando hablaba con extranjeros y me hablaban de lugares de mi país que ni yo conocía. Es por eso que tomé mis cosas y partí al sur, a la región de Aysén. Esta región tiene muchos atractivos turísticos, como Cerro Castillo y las Capillas de Mármol.
Mi viaje incluyó estos dos grandes atractivos y luego llegamos a Cochrane, capital provincial de Capitán Prat, por lo que su tamaño era mayor que Puerto Tranquilo y Villa Cerro Castillo y contaba con bancos y más tiendas.
Llegamos a acampar a este lugar y me deslumbraron varias cosas. En primer lugar, la gente es muy amable, pero de verdad que es muy amable. Todos te atienden bien e intentan hacerte pasar el mejor de los ratos. Conocimos a una señora que tenía un local de comida rápida que en verdad es la abuelita más tierna que puedan imaginarse.
Otra cosa que nos llamó la atención fue lo lento que pasa el tiempo en la Patagonia. Como dicen por ahí, “quien se apura en la Patagonia pierde el tiempo”. Parte del comercio cierra en las tardes y los turnos funcionan de manera distinta y extraña para quienes somos de la zona centro.
Pero bueno, además de todas estas cosas positivas, en Cochrane se ubica la Reserva Nacional Tamango, en donde su atractivo más potente es la posibilidad de ver huemules en su propio hábitat.
En el camping donde nos estábamos alojando había varios grupos que había ido pero sus historias no eran muy alentadoras, ya que nadie había podido ver nuestro emblema patrio. Sin dudarlo partimos igual, siendo muy cuidadosos y silenciosos en los senderos, ya que este animal es muy asustadizo.
Al cabo de unas horas tuvimos suerte y pudimos apreciar a nuestro primer huemul. Estaba en la cima de una montañita no muy lejana a nosotros. Nos acercamos lo más que pudimos pero siempre con mucho cuidado y pudimos ver lo tranquilos que son.
Luego vimos una familia de huemules y con eso se dio por pagado toda la caminata y soportar a los odiados tábanos, que invaden las zonas más bellas de sur picando a los turistas.
La Reserva tiene una vista maravillosa al lago Cochrane y a bosques patagónicos, así que yo les recomiendo sin dudas que vayan. Además, pueden tener la suerte de conocer nuestro emblema patrio en su propio hábitat, lo cual es un plus súper grande.