Finalmente un domingo soleado en la Gran Bretaña, y aprovechamos para viajar en auto desde Nottingham hasta el condado de Derbyshire, donde visitamos Chatsworth House, una especie de pequeño palacio o chateau inglés, perteneciente al linaje de los Cavendish, quienes portan el título de Duques de Devonshire, y aún conservan como vivienda parte de este edificio.
Los Cavendish han tenido una serie de reveses económicos, lo que los instó a crear una fundación para mantener en pie la casa y todas las piezas artísticas e históricas que poseen; a través de la misma manejan la propiedad que permanece abierta al público en una gran extensión, el área que se mantiene privada es la que se encuentra habitada por la familia. Después de conocer toda esta historia y encontrarme con una puerta cerrada durante el recorrido no aguanté la tentación de acercarme y tratar de escuchar lo que ocurría al otro lado, oí unas voces, quizá serían los Cavendish o no, pero siempre es interesante pensar que estuve muy cerca de los Duques de Devonshire, una de las familias más influyentes de Inglaterra.
Chatsworth cuenta con decenas de salones: bibliotecas, comedores y hasta una sala de esculturas, digna del Louvre. La decoración es un tanto ecléctica, pues han sido obras obtenidas a lo largo de la historia familiar, por lo que es posible encontrar antigüedades romanas como “Foot wearing a sandal” (en la foto), libros autografiados por el filósofo – también proveniente de Derbyshire – Thomas Hobbes (autor del “Leviatán”), hasta piezas de cerámica china.
La salida de la casa se realiza a través de la tienda, donde se encuentra un souvenir muy particular: el busto esculpido de Mr. Darcy; Chatsworth fue utilizada como la residencia de este personaje en la película “Pride and Prejudice” del 2005, en el filme se puede observar esta escultura que hoy se exhibe allí. Otra cinta que utilizó esta mansión como escenario fue "The Duchess" del 2008, protagonizada por Keira Knightley.
Pero la visita a Chatsworth no termina allí, ahora quedan los hermosos jardines los cuales recorrimos libremente, aunque existen tours gratuitos que - si te apasiona la botánica o te interesan las flores – seguro podrás aprovechar.
En un día soleado todo lucía hermoso, muy verde, muchas flores, a lo lejos algunas ovejas, pero lo que más me impresionó fue la gran cascada, cuya primera parte fue construida en 1696, desde abajo es impresionante, pero la pequeña casa que se encuentra en la parte superior invita a subir hasta ahí y ver todo desde otro ángulo.
Si decides visitar Chatsworth debes saber que la entrada no es gratuita, sin embargo tienes varias opciones, como el Discovery ticket, que te permite visitar la casa, los jardines, la granja y el parque infantil; también puedes visitar solo la casa y los jardines, opción que tomé yo; o solo el jardín. Y si quieres cerrar el día con un toque totalmente inglés, puedes tomar el "afternoon tea" en el Cavendish Restaurant, incluso tienen una oferta en la que puedes ordenar champagne en lugar de té, eso dependerá de tu bolsillo.
A medida que caminamos hacia la salida nos encontramos con más esculturas, el invernadero y cientos de variedades florales, definitivamente Chatsworth es el plan perfecto para un día soleado en Inglaterra.