Cuando era pequeña tuve la suerte de conocer Walt Disney World y pasar unos días increíbles junto a mi familia. Sin embargo, soy de las que piensa que uno no debe dejar de ser niño, y este lugar es perfecto para volver a la infancia. Ese año volví con mi familia, siendo yo la persona más grande, con 24 años.
Muchas cosas me llamaron la atención que han ido cambiando. La tecnología nos ha ido atrapando a todos y Disney no es la excepción. Los parques cuentan con redes wifi liberadas, así que es buenísimo para todos los turistas extranjeros que pueden mandar imágenes a tiempo real de lo que están viviendo.
Lo anterior se debe a que Disney cuenta con una aplicación para smartphones en donde puedes ver los mapas, atracciones y horarios otras informaciones sobre los parques. Es súper útil para saber cuánto tiempo de espera estimado tienen las atracciones más concurridas.
Fui por 2 días esta vez y recorrimos el parque central, Magic Kingdom, donde está el castillo típico de postal y fuimos a Epcot, que es el parque científico. Apenas uno ingresa a los parques entra a un mundo de fantasía y felicidad. Hay miles de familias que recorren juntas y, al igual que nosotros, no sólo hay niños.
Disney es mágico, su arquitectura es envolvente, te lleva a viajar a cuentos lo cual es súper distinto y hace que el día vuele. La entrada tiene un precio de 99 dólares por un día y 188 dólares por 2. Si compran más días, mayor es el descuento. Sólo para niños menores de 9 años la entrada tiene un valor un poco más bajo (5 dólares).
Lo interesante de cómo funciona el parque ahora es que cada atracción tiene 2 filas, una regular y una veloz. Cada uno puede elegir 3 atracciones para poder ingresar por la fila veloz, lo que se hace mediante una tarjeta que entregan al momento de pagar. Ahora bien, esto funciona sólo a un rango horario determinado (por ejemplo, de 2 a 3 de la tarde) ya que así se evita aglomeraciones para ingresar. A nosotros nos funcionó muy bien y pudimos ahorrarnos bastante tiempo.
Lo único negativo que puedo comentar y que se diferencia a cuando fui hace 15 años es que los ahora personajes tienen apariciones puntuales y con horario, ya no es tan fácil verlos caminar y pasear por el parque, por lo que se hacen filas para poder sacarse una foto con alguna princesa o personaje típico. Creo que para los niños, sobretodo, esto es algo súper malo, ya que se pierde tiempo y por las atracciones es posible no poder ver a todos los personajes.
A pesar de esto, Disney volvió a encantarme. Al final del día en Magic Kingdom se hace el típico desfile con personajes y carros alegóricos que te trasladan a otro mundo por algunos minutos. Si tienen dudas de ir porque creen que están grandecitos, los animo a volver a la niñez y olvidarse de los problemas unos momentos para pasear por Disney.