¿Has soñado con conocer algún lugar especial? Cada vez que me hacía esta pregunta, pensaba en Isla de Pascua. Por eso, cuando logré ahorrar un poco de plata y salió una oferta en LAN, no lo pensé 2 veces y compré los pasajes. No le dije a nadie que me acompañara. Era un lugar que siempre había dado vueltas en mi cabeza y por lo mismo, pensé que sería una linda experiencia ir sola.
Me imagino que has escuchado que sólo en 3 o 4 días recorres la isla completa. Y es verdad. Hay decenas de agencias de turismo que ofrecen tours de medio día y día completo para llevarte en poco tiempo a todas las atracciones turísticas. Sin embargo, según mi experiencia, si buscas relajarte, conversar con los isleños y conectarte con la magia y misticismo del lugar, lo ideal es ir por más tiempo.
La isla tiene algo mágico difícil de explicar en palabras. Contemplar en vivo los moais que siempre viste en fotos o televisión, escuchar música polinésica todo el día mientras paseas por el pueblo o almuerzas, caminar por la costanera respirando la brisa del mar, estar todo el día tomando sol en la Playa Anakena, bucear entre corales y tortugas marinas, leer un libro mientras ves el atardecer en la playa Pea, o salir a bailar a las increíbles discoteques de Hanga Roa, son una experiencia única que recuerdas una y otra vez terminado el viaje.
Y si tienes la oportunidad de visitar la isla los primeros días de febrero para estar en la tradicional fiesta Tapati, aún mejor. Hay actividades distintas todos los días, la competencia de grupos musicales y de baile durante las noches (y sus ensayos respectivos en el gimnasio del pueblo durante las tardes) o la increíble triatlón Tau’a Rapa Nui en el Volcán Rano Raraku. Además, puedes disfrutar de otras entretenidas instancias que te permiten vivir la tradición y cultura de la isla de cerca, y por instantes, sentirte con tu cara pintada un pascuense más!